Elizabeth Caron (*)
Entendemos por menopausia al cese de los períodos menstruales (ausencia por 6-12 meses) aunque el decline de la función ovárica comienza unos años antes y se extiende hasta un año después del último período menstrual y es un proceso fisiológico que ocurre en promedio a los 51 años. Cuando hablamos de obesidad nos referimos a una enfermedad que puede existir previamente a los cambios que ocurren en la menopausia o que ellos pueden causar en sí, el desarrollo de esta enfermedad. Avala esto, el hecho de si bien la prevalencia de obesidad es mayor en mujeres que en hombres para casi todos los grupos etarios, es máxima la brecha alrededor de los 60 años.
El aumento de peso que ocurre en la menopausia, tiene que ver con ella en sí y también con la edad, ya que disminuye el gasto energético debido a la disminución de la tasa metabólica y la actividad física. Lo que ocurre independientemente de la edad y tiene consecuencias en el peso y la salud es el hipoestrogenismo. Normalmente los estrógenos estimulan la secreción de leptina por el tejido adiposo y es ella la encargada de disminuir el hambre, de acuerdo a las reservas. Entonces bien, la leptina baja en esta etapa de la vida, por lo tanto, hay más apetito.
Durante este período hay cambios en la distribución de la grasa, cambia la ubicación donde almacenamos, pasando a ser visceral (en abdomen) y facilitando el desarrollo de insulino resistencia y sus consecuencias clínicas como diabetes tipo 2 e hipertensión arterial.
La recomendación es buscar apoyo profesional para transitar de mejor manera esta etapa, gestionar emociones y estrés, prevenir si es posible o tratar la enfermedad si está instalada.
Se han relacionado a esta ganancia de peso rápida e importante a factores genéticos, historia menstrual, reproductiva, comportamiento alimentario, actividad física y niveles de cortisol.
Un estudio que comparaba el depósito graso en gemelas en la postmenopausia mostró que los factores genéticos explicaban el 60% de la variación del acúmulo graso total y abdominal. Según varias investigaciones intervienen también un primer embarazo muy tardío, períodos de lactancia cortos o ganancia de peso excesiva durante las gestaciones. Igualmente, las mujeres que realizan poca actividad física, que tiene poca masa muscular o que tienen un comportamiento alimentario tendiente a la desinhibición dietética son más susceptibles de desarrollar obesidad o de agravarla.
(*) Médica, especialista en nutrición.










