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Concepción del Uruguay
martes, abril 29, 2025

Salud… Alerta: Fiestas

Francisco Dadic (*)

El alcohol es la sustancia psicotrópica y psicoactiva (es decir, actúa en el cerebro y produce modificaciones) más consumida. La que produce mayor grado de discapacidad y cuya abstinencia es la más severa, junto con los derivados opioides. En los últimos años, su ingesta ha aumentado considerablemente en jóvenes, en tanto que el incremento más significativo ha sido en mujeres, que trepó de 6 a 9%, igualándose con el de los hombres. En esta época del año, su consumo suele ser superior al habitual, ya sea por las despedidas y las festividades.
El alcohol se absorbe en el estómago (un 20% a los 10 minutos tras ser ingerido) y en el intestino (el 80% restante). Su mayor concentración en sangre suele alcanzarse a los 30-90 minutos luego de su consumo, pero puede permanecer hasta 18 horas en el organismo.
Llega a casi todos los órganos (cerebro, hígado, riñón, corazón), atraviesa la placenta y se excreta por leche materna, por lo cual es contraindicado durante el embarazo y la lactancia.
El alcohol inhibe o altera el funcionamiento de una enzima llamada ADH u hormona antidiurética, y provoca aumento del deseo de orinar. Su principal y más conocido efecto está a nivel del Sistema Nervioso Central. Por eso, se la considera psicotrópica (llega al cerebro) y psicoactiva (produce modificaciones en él). Si bien, inicialmente, provoca desinhibición y euforia, es un depresor de las facultades cognitivas y de la mente. Está demostrado que, al manejar, disminuye reflejos, altera la percepción y reduce el campo visual.
Siempre es aconsejable una pausa de entre 30 a 40 minutos con cada bebida para controlar el efecto. Hay que recordar que la mayor concentración en sangre, se da a los 30-40 minutos.
La buena salud física y el estado de ánimo ayudarán a disminuir su efecto tóxico. Cuadros de depresión y angustia, o de euforia y manía, suelen conducir a consumos más elevados.
El uso de drogas o medicamentos puede aumentar o modificar el efecto psicoactivo del alcohol. Se pueden alcanzar severos cuadros de coma, convulsiones y depresión. Esto es frecuente en asociaciones con benzodiacepinas (conocidos como medicamentos para dormir) y algunos anticonvulsivantes. O, incluso, en los peligrosos casos de la “jarra loca”, en donde se mezclan todo tipo de fármacos psicoactivos con alcohol.

(*) Médico toxicólogo. Director de Toxicología Hoy, app con información acerca de más de 400 sustancias tóxicas y/o medicamentos.

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