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Concepción del Uruguay
domingo, noviembre 24, 2024

HOJAS SUELTAS. Salarios por el piso

Andrés Asiain
Economista

El descenso de la inflación de los últimos meses tiene como herramienta fundamental el “ancla cambiaria”. Los economistas llamamos así a la utilización del dólar como un “atractor” de los precios a la baja. Tras la devaluación de comienzos de mandato, el oficialismo anunció y, por el momento cumplió, que el dólar se movería un 2% mensual aun cuando las tasas de aumentos de los precios superaban ampliamente ese número. La idea era que la evolución del dólar actuara como una referencia para los demás precios, primeros los exportables y que compiten con importaciones (“transables” en la jerga de los economistas), luego de todos los demás. Dicha política, ayudada por un contexto de caída de la actividad que apretaba los salarios y márgenes empresariales, fue dando sus resultados. Así, la tasa de inflación, que había alcanzado un pico del 25,5% mensual en diciembre del año pasado, fue descendiendo lentamente hasta alcanzar el 2,7% del último mes.
Pero el uso del dólar como ancla de los precios tiene sus inconvenientes. Como la inflación supera cada mes a la tasa de devaluación, la Argentina se vuelve, mes a mes, más cara en dólares. Para noviembre, el tipo de cambio real multilateral con el que el Banco Central mide la competitividad frente a nuestros socios comerciales, se encontraba a niveles similares a los de noviembre de 2023 o el pico de apreciación de la gestión Macri. El vaso medio lleno es que aún se encontraba Milei levemente arriba de los momentos de mayor apreciación de la historia reciente (la previa de la devaluación inicial de Macri y de Milei), y un 20% más arriba del momento de mayor apreciación de la convertibilidad de Cavallo.
El encarecimiento en dólares, no implica una mejora los ingresos de la población. Así, el salario real del sector privado está en el mínimo histórico de 2004 y un 30% por debajo de 2015. Para los empleados públicos es más grave: sus sueldos se encuentran en el peor nivel de la historia reciente (un 20% por debajo del piso de 2004).
Esa combinación de elevados precios en dólares y bajo poder adquisitivo de los salarios es la peor para los sectores productivos. El encarecimiento en dólares dificulta la capacidad de competir contra las importaciones y el desarrollo de nuestras exportaciones no tradicionales.
Y el bajo poder adquisitivo de los salarios genera niveles bajos de consumo.

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