Astor Piazzolla hubiese cumplido ayer 100 años y los homenajes continuarán más allá del 11 de marzo.
El “Año Piazzolla” multiplica recuerdos en el mundo y tiene su epicentro en Argentina: el Teatro Colón, por ejemplo, reabrió sus puertas tras la pandemia y por estos días ofrece una serie de conciertos, en colaboración con la Fundación Astor Piazzolla, Sadaic y Aadi y la curaduría artística de Daniel “Pipi” Piazzolla y Nicolás Guerschberg; en el Centro Cultural Kirchner se inauguró la muestra Piazzolla 100; en el Auditorio Nacional comenzó anoche un concierto con numerosas figuras del tango y alrededores, con el que continuará con una serie de recitales que se prolongará durante todo el año.
Astor Pantaleón Piazzolla nació el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata; fue el único hijo de Vicente Piazzolla y Asunta Manetti. De ahí en más, un relato sobre su vida podría comenzar en cualquier punto, porque más allá del orden cronológico, los hitos de su existencia convergen de manera vertiginosa y coherente en un mismo punto: una idea superadora de música. Cien años del nacimiento del gran músico y compositor argentino, héroe musical del siglo XX cuya obra combina tango, jazz y música clásica. Creador de un sonido apasionado, dramático, transgresor y universal, que logró la síntesis perfecta entre composiciones académicas y pura improvisación.
En el marco de las celebraciones por el centenario del nacimiento del bandoneonista, el Ente Municipal de Turismo de la localidad balnearia (Emtur) ofrece paseos guiados gratuitos para descubrir sus rastros y los de su familia en la ciudad. La casa en la que Astor Piazzolla vivió de chico, la iglesia en la que fue bautizado, la escuela en la que estudió tercer grado, la peluquería que fundó “Nonino”, su papá, y la vivienda del pianista que lo invitó a tocar en una orquesta por primera vez, son algunas de las escalas del circuito que turistas y vecinos de Mar del Plata pueden recorrer para conocer las huellas del artista en la ciudad.