Revisión del FMI al préstamo otorgado al gobierno de Macri

“El programa no cumplió los objetivos” reconoció el FMI.

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional señaló en su evaluación del crédito otorgado en 2018 a la Argentina que “el programa fue frágil desde el principio”.

El organismo reconoció que el “programa no cumplió con sus objetivos” y subrayó que “el aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio” que siguió depreciándose, “aumentando la inflación y el valor en pesos de la deuda pública, y debilitando los ingresos reales, especialmente de los pobres”.
Tras recordar que la Junta Ejecutiva del organismo aprobó en junio de 2018 el “acuerdo de reserva más grande en la historia del Fondo”, el informe concluyó que “se cumplieron las políticas y los procedimientos pertinentes del Fondo, incluidos los relacionados con la financiación, las salvaguardias y el diseño de programas”. Sin embargo, algunos directores cuestionaron esa coherencia. El FMI sí reconoció que el “programa no cumplió con sus objetivos, a pesar de las importantes modificaciones de las políticas económicas”.
Los directores destacaron varias lecciones para los programas respaldados por el Fondo, como la necesidad de incorporar “supuestos realistas”; que los programas se adapten a las circunstancias del país, incluidas las consideraciones de economía política, lo que podría implicar el uso de medidas no convencionales si es poco probable que las políticas macroeconómicas estándar funcionen.

Muchos errores y poca autocrítica
Los siguientes son los puntos principales de la Evaluación Ex Post realizada por el FMI:
– El programa fue frágil desde el principio, y la estructura de la economía argentina limitó las opciones de política disponibles.
– El problema fundamental fue la falta de confianza en la sostenibilidad fiscal y externa.
– Los problemas estructurales subyacentes que enfrentaba Argentina, en particular la dolarización, la débil transmisión de la política monetaria, una base exportadora estrecha y una capacidad muy limitada del Estado para obtener préstamos internos, especialmente en pesos, significaban que concentrarse en un problema corría el riesgo de empeorar otro.
– Los inversores nacionales y extranjeros estaban atentos a la historia de crisis de Argentina, lo que los hizo notablemente rápidos para pasar de comprar un bono a 100 años a retirar sus fondos.
– La fragilidad se vio agravada por las limitaciones políticas en el diseño de políticas y por la interacción entre la política y la confianza del mercado.
– Las líneas rojas de la administración eliminaron las opciones de políticas que podrían haber mejorado las posibilidades de éxito.
– El FMI se rindió a los supuestos de crecimiento de las autoridades; las proyecciones de crecimiento más realistas, aunque debían presentarse en el Primer Examen, pueden haber beneficiado los debates sobre la estrategia y el diseño del programa.
– El programa no cumplió con sus objetivos, a pesar de las importantes modificaciones de las políticas económicas.
– El aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio. A pesar de las intervenciones cambiarias más allá de las disposiciones del programa, el tipo de cambio siguió depreciándose, aumentando la inflación y el valor en pesos de la deuda pública, y debilitando los ingresos reales, especialmente de los pobres.
– En resumen, el informe concluye que el programa no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa y, al mismo tiempo, propiciar el crecimiento.