Resaltaron la importancia de la prevención

Doctora Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc

Se recordó ayer, como cada 26 de marzo, el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, a modo de establecer acciones de concientización y brindar información sobre la importancia de realizarse controles ginecológicos periódicos con el fin de evitar enfermedades, entre ellas, cáncer.
Por esta razón, la doctora Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc, explicó la importancia de prevenir esta patología.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el de cuello uterino es el cuarto cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial, con un estimado de 604.000 casos nuevos y 342.000 muertes en el año 2020.
Este tipo de cáncer se contrae por transmisión sexual y el 95% de los casos es causado por el virus del papiloma humano (VPH), que afecta tanto a hombre como mujeres.
«En la Argentina fallecen cada año 2.200 mujeres por cáncer de cuello de útero. En la mayoría de los casos, el virus de VPH desaparece solo sin afectar la salud. Pero en las mujeres, si la infección persiste, puede producir lesiones en el cuello uterino que con los años pueden convertirse en cáncer», se explicó.
El VPH se transmite principalmente a través del contacto sexual y la mayoría de las personas se infectan con el VPH poco después del inicio de la actividad sexual. Más del 90% de ellos eliminan la infección con el tiempo.
Dentro de los factores de riesgo, se destacan algunos que incrementan la exposición al VPH como ser sexualmente activo a una edad temprana (menores de 18 años) o no utilizar barreras de protección.
Otro factor es el tabaquismo: «Las mujeres que fuman tienen el doble de probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino en comparación con las no fumadoras, como así también contar con un sistema inmunitario comprometido», se aseguró.

Reducir su incidencia
Con el objetivo de reducir en un 80% la incidencia y mortalidad de esta enfermedad, se realizan pruebas, como la del PAP (Prueba de Papanicolau), que permiten detectar la presencia del VPH y la alteración de las células.
Asimismo, se recomienda que la mayoría de las mujeres se haga los exámenes de detección de forma periódica, según indicación de su médico, con la guía general de PAP y colpo anual a partir de su primera relación hasta los 65 años, con controles periódicos posteriores. Por otro lado, la vacunación es otro método. Consta de dos dosis separadas que se aplican con un intervalo mínimo de 6 meses.
El Calendario Nacional establece que todas las niñas, nacidas después de 2000, y todos los varones, nacidos después de 2006, deben recibir la vacuna a los 11 años, con el fin de prevenir esta enfermedad. «El cáncer de cuello uterino se puede curar si se diagnostica en una etapa temprana y se trata de inmediato, pero es importante hacer foco en la prevención para evitar llegar a la enfermedad», se consignó.