Remarcaron la importancia de saber más sobre el asma

Es una enfermedad crónica.

Se aludió a los posible factores desencadenantes.

Se conmemoró ayer, como cada primer martes de mayo, el Día Mundial del Asma, con el objetivo de involucrar a los pacientes con la atención y control del asma, reducir los posibles factores de riesgo y enseñar a las personas qué se debe hacer ante un posible ataque o crisis de esta enfermedad.
La fecha resultó propicia para interiorizarse respecto a qué es el asma y cuáles son los factores desencadenantes que se deben evitar para disminuir la posibilidad de aparición de síntomas.
El asma es una enfermedad crónica que afecta a niños y adultos. Se calcula que existen 235 millones de personas con esta patología no transmisible, que produce que las vías que llevan el aire hacia los pulmones se estrechen debido a la inflamación y compresión de los músculos que rodean las vías respiratorias pequeñas.
«Debido a la inflamación crónica del aparato respiratorio, el asma provoca que tanto la entrada como la salida del aire no sean de calidad», detalló la doctora Valeria El Haj, directora médica nacional de la Obra Social del Personal de Entidades Deportivas y Civiles (Ospedyc), y enumeró los síntomas que provoca esta enfermedad: tos, sibilancias (silbido audible durante la respiración), opresión torácica y falta de aire. Estos síntomas no son continuos y suelen agravarse durante la noche o al hacer ejercicio, por lo cual generan insomnio, cansancio diurno, disminución de la actividad y ausentismo tanto laboral como escolar.
Existen factores desencadenantes que, si bien varían de una persona a otra, incluyen: las infecciones respiratorias (resfríos), la inhalación de polvo, el humo, los gases, cambios en la temperatura, pólenes, pelaje, plumas, jabones fuertes y los perfumes.
Asimismo, algunos medicamentos, también pueden desencadenar ataques, como, por ejemplo, la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroides o los betabloqueantes (fármacos que se utilizan para el tratamiento de la hipertensión arterial o enfermedades cardíacas), estrés emocional, factores hormonales (menstruación y embarazo) y reflujo gastroesofágico.