Rechazo del mundo de la cultura al DNU. “No podemos dejar que nos pasen por arriba”

La manifestación surgió del grupo Teatristas Auconvocados.

Bajo la consigna: ‘La cultura no se deroga’, el movimiento conformado por representes del mundo del teatro, nucleados en Teatristas Autoconvocados, con el apoyo de distintos sectores de la cultura, reflejaron en la plaza General Francisco Ramírez su descontento por las nuevas políticas del Gobierno. Lo hicieron con expresiones artísticas en distintas disciplinas y una foto grupal.
Al respecto, la actriz Mona Gastiasoro expuso a LA CALLE que el objetivo se había cumplido y quedó conforme por cuanto “la comunidad escuchó con atención. Tuvimos una linda respuesta de los teatreros. Además se sumaron los músicos y los poetas. Queremos que se entienda que ésta (la bajada de cortina del Instituto Nacional del Teatro) no es solo una problemática nuestra sino de la cultura toda. No podemos dejar que nos pasen por arriba con esto porque la cultura es la que nos sostiene. Nosotros somos trabajadores; no, ñoquis. Y el INT, como el Instituto de la Música o el Fondo Nacional de las Artes, genera una actividad no solo en Buenos Aires sino en la Argentina”.
A su turno, la actriz Estela Fernández indicó: “Hay un colectivo de teatreros, técnicos con los que trabajamos esta movida a nivel local y provincial para que no nos cierren los espacios y nos dejen hacer”.

De las librerías
A todo esto, Gonzalo Seguel, de Mala Palabra, señaló a LA CALLE que “los libreros de Concepción del Uruguay estamos preocupados por la derogación de la ley 26.542, que regula la uniformidad del precio en la Argentina. Es decir que, una vez que las editoriales fijan el precio del libro, éste debe respetarse. Eso establece que haya una competencia sana y justa entre las librerías más chicas y las más grandes”.
“La ley ómnibus busca derogar la mencionada norma que perjudicaría a las primeras. Eso provocará que la gente termine comprando por internet. Necesitamos que la ley 26.542 se mantenga pues no hace falta derogarla sino así, como está, funciona bien. La modificación favorece a las multinacionales. Ése es uno de los reclamos de las librerías. Otros aluden al tema de los alquileres. Quienes somos locatarios nos sentimos desamparados”, sostuvo.