Por David Bueno
“Humano, demasiado humano”, dice el título de uno de los libros de Nietzsche.
Según la antropología biológica, un ser humano es un primate bípedo de la familia de los homínidos, que pertenece a la especie Homo sapiens que se originó en África hace 200.000 años. Sin embargo, los humanos modernos somos más recientes, hace 85.000 años, y nos distinguimos de nuestros antepasados por la posición de la glotis dentro del cuello, entre algunas otras características. ¿A qué nos referimos, cuando hablamos de ser humano? probablemente, una de las características exclusivas es la capacidad de reflexionar, de hacernos preguntas y buscar respuestas, lo que nos ha permitido desarrollar la ciencia, la técnica, la filosofía y el arte. En este contexto, la característica central de los humanos modernos es el arte. No hay expresiones artísticas claras antes del advenimiento de los humanos modernos.
Hemos llegado hasta donde estamos a través de un largo proceso de evolución biológica, el cual continúa vigente a pesar de que nuestras efímeras vidas no nos lo permitan ver con claridad. Sin embargo, desde que somos humanos, hemos añadido la evolución cultural, dentro de la cual hay que incluir la científica, y la tecnológica. Hasta un punto en el que las tres se entremezclan. ¿Adónde nos conduce todo esto? Posiblemente a una humanidad biológico-tecnológico-cultural, con un futuro abierto.
¿Podemos reflexionar sobre este futuro? ¿Nos podemos preguntar hacia dónde vamos y hacia dónde queremos ir? Sin duda, pienso que es crucial. Hay muchas maneras de abordar esta reflexión, pero si los humanos modernos nos caracterizamos por nuestras manifestaciones artísticas, ¿no parece lógico que el mejor punto de encuentro entre la biología, la ciencia, la técnica, la cultura y las humanidades sea, precisamente, el arte?
El filósofo Marshall McLuhan escribió: “Lo más humano que tenemos es la tecnología”. Humildemente, no estoy del todo de acuerdo. Lo más humano que tenemos es la capacidad de reflexionar, y es a partir de la reflexión que surgen la tecnología y el arte.
Reflexionar por ser humanos, aunque más humanos.