Prisión domiciliaria para acusado de femicidio

Gilda Estefanía Klokcer.

El acuerdo al que arribaron las partes contempló que el acusado, Julio Alberto Dayer, no tuvo intenciones de matar a su nuera, Gilda Klocker, sino intimidar con una escopeta a su hijo.

Julio Alberto Dayer, de 67 años, reconoció ayer en un juicio abreviado que fue el autor del disparo que impactó en la cabeza de Gilda Estefanía Klokcer, de 20 años en el momento del hecho, pareja del hijo del acusado, Jonathan Dayer, que era el destinatario del disparo efectuado a modo de amedrentamiento.
Ayer, el juez de Garantías de Paraná, Mauricio Mayer, lo condenó a la pena de 5 años de prisión que serán cumplidos en la modalidad de prisión domiciliaria.
Fiscalía y defensa acordaron la pena de cinco años de prisión de ejecución domiciliaria -el máximo de la escala penal-, en virtud del acreditado problema de salud que atraviesa el ahora condenado, por los delitos de Abuso de armas agravado por el vínculo, puesto que el destinatario del disparo fue su hijo, en concurso ideal con el de Homicidio culposo, en función de que la víctima no era el blanco del tiro ya que se probó que no estaba en la mira del tirador y no participó del almuerzo el mediodía en la casa de su suegro ni estuvo , durante la tarde, en la casa del imputado, donde parte de la familia Dayer siguió la reunión y los involucrados bebieron en exceso vino con soda.
Antes de dar a conocer el adelanto de la sentencia, el juez Mayer, realizó una detallada explicación de las consideraciones que rodearon al hecho, al que calificó como “un caso muy raro”.
Así, en un leguaje que alternó pasajes específicos del Derecho y el coloquial, dio las explicaciones necesarias habida cuenta que en la sala estaban tres mujeres, familiares de la víctima. Dayer no estuvo en la sala y siguió la audiencia por video conferencia.
A la hora de mensurar el monto de la pena, las partes consideraron que Dayer huyó del lugar del hecho tras efectuar el disparo, que se presentó voluntariamente tres días después, que el arma homicida no fue hallada, que las pericias y las declaraciones testimoniales de familiares y vecinos, permitieron reconstruir “sin dudas” la dinámica del hecho, que el lugar estaba prácticamente a oscuras, solo había un “foquito”, que la víctima estaba ubicada detrás de un poste que a su vez estaba detrás de varios árboles y un cañaveral, fuera de la visión del tirador.
Mayer solicitó a Fiscalía que precisara algunos puntos del acuerdo. Uno fue determinante a la hora de evaluar las intenciones que pasaron por la cabeza de Dayer al realizar el disparo. Fiscalía respondió que las pericias balísticas permitieron reconstruir que el tirador realizó el disparo casi en forma horizontal, es decir, a la altura de una persona de pie. No obstante, otras evidencias permitieron arribar a la certeza que no tuvo intenciones de matar a nadie.