El defensor de la acusada pidió que sea enviada a un penal y no a una comisaría, para atender un consumo problemático.
Durante una audiencia judicial realizada este lunes en los Tribunales Provinciales de Concepción del Uruguay; se resolvió imponer noventa días de prisión preventiva a Queyla Sánchez, la joven uruguayense de 18 años acusada del asesinato de Carla Krems, de 38 años, en las inmediaciones del asentamiento Ex Fapu.
Lo llamativo del caso fue la postura del abogado defensor de la acusada, Pablo Sotelo, quien no se opuso al pedido de la fiscalía para la detención preventiva y, además, solicitó que su defendida sea trasladada rápidamente a una unidad penal de Entre Ríos para recibir tratamiento por sus adicciones a las drogas.
En una decisión que va más allá de lo habitual, la joven no será alojada en una comisaría de la ciudad durante los primeros 30 días; un beneficio que suele otorgarse a los acusados durante ese período y luego son ubicados en una cárcel entrerriana. La defensa buscó directamente el traslado a la Unidad Penal de Mujeres Número 6 de Paraná o a la Unidad Penal Número 9 de Gualeguaychú.
Para el fiscal Fernando Lombardi, la acusada intentó entorpecer la investigación después del crimen. Señaló que escapó de la escena, ocultó el cuchillo utilizado en el ataque (posteriormente encontrado por la policía) y se entregó horas después con ropa sin manchas de sangre.
La audiencia estuvo presidida por la jueza de Garantías Alejandrina Herrero, y contó con la presencia de la imputada y el abogado defensor Pablo Sotelo, integrante del Estudio Jurídico de José Ostolaza. La investigación continuará mientras la joven cumple la medida preventiva en la unidad penal correspondiente.
Ahora restan saber cuáles serán los próximos pasos judiciales en este caso, ya que la gravedad del hecho y la cantuidad de elementos que prueban la culpabilidad de la acusada, hace pensar que la joven de 18 años podría afrontar una pena muy dura a muy temprana edad.
Jóvenes condenadas a perpetua en Entre Ríos
Cabe recordar que en Entre Ríos, la justicia provincial condenó a en junio de 2018 a Nahir Galarza por el crimen de su novio, Fernando Pastorizzo. La joven de Gualeguaychú, se convirtió a los 19 años en la mujer argentina más joven en recibir una cadena perpetua.
Por otro lado y antes del caso Galarza, en la ciudad de Colón, el 18 de abril del 2015 Paula Araceli Benítez, de 18 años, asesinó junto a su novio de 17 a su mamá, Lorena Zanetti. La adolescente entró a la habitación de sus padres mientras la mujer de 38 años dormía y la golpeó cinco veces en la cabeza con un palo de amasar. Luego, para asegurar la muerte, la ahorcó con un cable. Lo último que hizo fue incendiar la casa en un intento de borrar toda la evidencia, de hacerlo pasar por un accidente.
Benítez fue llevada a juicio en Concepción del Uruguay y el 2 de septiembre de 2016, un año y cinco meses después del hecho, se le dictó la prisión perpetua por el delito de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, y criminis causae en concurso real con robo simple. Su pareja, menor de edad al momento del hecho, recibió diez años de encierro.
