Por el ataque a Javier Milei. Pidieron enviar a juicio al uruguayense Gastón Mercanzini

El fiscal habilitó la posibilidad de un juicio abreviado. En su indagatoria, el acusado, el uruguayense Gastón Mercanzini, pidió perdón. Antes de ser detenido, se había fabricado un perfil diciendo “me anime a lo que muchos no pudieron”. “Son tan cortos de mente que me tuve que hacer otro perfil, no voy a ir en cana y si voy con la frente en alto, me animé a lo que muchos no pudieron”.
El mensaje fue escrito por Gastón Ariel Mercanzini, cuando las imágenes ya estaban dando vuelta por las redes sociales y a él lo estaban buscando. Era el hombre que le había lanzado un botellazo al presidente Javier Milei el 10 de diciembre pasado, cuando se trasladaba desde el Congreso hasta la Casa Rosada junto a su hermana. El botellazo lastimó a uno de sus custodios. “¿Está bien?”, preguntó el jefe de Estado asombrado.
El atacante fue detenido 48 horas después: ahora la Fiscalía pidió mandarlo a juicio y podría enfrentar una pena de cinco años de cárcel. El fiscal Carlos Rívolo, dio por terminada la investigación y le pidió al juez Ariel Lijo que mande al acusado a juicio oral. La defensa oficial no apeló el procesamiento, que se dictó en su contra, frente a las pruebas que lo comprometen.
En la causa no solo declararon los custodios: también declaró por escrito el presidente Milei. “No caben dudas que su objetivo era golpear” con la botella a “quien acababa de asumir la primera magistratura de la Nación”, sostuvo la acusación.
Desocupado, en situación de calle al momento en que atacó al presidente, el acusado en su indagatoria se mostró arrepentido: “Quiero pedirle perdón; nunca quise atentar contra el Presidente”, dijo.
De haberlo querido, agregó, se hubiera puesto barbijo y gorra. Según afirmó, estaba borracho al momento de arrojar la botella y le molestaba que Milei celebrara la vuelta a la convertibilidad. También aseguró que, tras el episodio, fue abordado por militantes libertarios que lo golpearon y le robaron la mochila y terminó en un hospital, atendiéndose el corte en la frente. Desde entonces está detenido. La acusación en su contra podría implicar hasta 2 años de prisión.
El fiscal deja abierta la posibilidad de un juicio abreviado.

Lo ocurrido el 10 de diciembre
Todo ocurrió a las 13:00 del domingo 10 de diciembre, cuando el mandatario viajaba junto a su hermana Karina Milei, hoy secretaria general de la Presidencia, desde el Congreso hacia la Casa Rosada tras haber jurado en su cargo frente a la Asamblea Legislativa.
Cuando el auto descapotable desde el que circulaban por Rivadavia cruzó por la calle Montevideo, una botella de vidrio fue lanzada hacia el jefe de Estado y cayó sobre el subcomisario Guillermo Armentano, perteneciente a la Superintendencia de Seguridad y Custodia de la Policía Federal Argentina, quien formaba parte del primer anillo de seguridad de Milei. El golpe fue arriba de la oreja. En las imágenes se veía como le sangraba el cuello.
Con la adrenalina del momento, Armentano, según dijo en su declaración testimonial, no advirtió que se había lastimado. Pensó que era transpiración. Otro de sus colegas tomó su puesto y él más tarde fue asistido en la Casa Rosada. El encargado de lanzar la botella, desde atrás de un grupo de simpatizantes, había sido Mercanzini.
“A pesar de la identificación de Gastón Ariel Mercanzini, por parte de las fuerzas de seguridad locales, en momentos posteriores al evento, no se labraron actuaciones en virtud de que no se lo logró vincular el incidente que motivó su demora con ningún hecho concreto. En efecto, según consta en la nota elaborada por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, el día anterior a las 13:30, personal del Escuadrón IV, División Escuadrón II, en la intersección de la avenida Rivadavia y Paraná, identificó a Gastón Ariel Mercanzini, mientras corría entre las personas presentes.
No se tomaron medidas adicionales, por esa circunstancia y porque no tenía impedimentos legales, de manera que se le permitió retirarse del lugar”, señala el dictamen. El video de la agresión se viralizó el lunes 11 y, desde la Federal, dieron intervención el juez Lijo y el fiscal Rívolo, que estaban de turno. De inmediato se ordenó buscarlo. Y desde los medios comenzaron a publicarse su perfil en redes sociales: fotos con distintos referentes del Frente de Todos y comentarios “expresando desprecio hacia el gobierno actual”.