Señor director:
Las últimas noticias de los movimientos exhibidos por los dirigentes que,desde distintos puntos de vista se identifican con «Juntos por el Cambio», indican claramente, no sólo que no han asumido plenamente las responsabilidades que derivan de su forma de ejercer la función de gobierno 2015-2019-unida estrechamente a negocios particulares en el cual se dan las figuras del conflicto de intereses, tráfico de influencias, negociados, fraude, armado de causas, espionajes ilegales, mesa de enlace judicial, acciones que están siendo investigadas por la Justicia muy lentamente- sino que, olvidando el pasado inmediato con total frescura buscan volver por sus fueros en las elecciones del 2021 y 2023. A diferencia de los mecanismos utilizados durante la gestión de cuatro años, en ésta etapa de recuperación política posicional se muestran interesados en los mecanismos democráticos pero ejercidos en forma de salvaje oposición, negativa, destructiva y llena odio y resentimiento.
No pudiendo exhibir en absoluto un pasado inmediato de realizaciones o concreciones en favor del país, intentan disfrazar como si fuesen positivos sus propios intereses ultraliberales o neoliberales que astutamente representaron durante su gobierno. No les preocupa obviamente los antecedentes monopólicos de los medios de comunicación sabiendo de antemano que sus proyecciones no van a sufrir ningún tipo de cuestionamientos o condicionamientos. Engañan con algún recambio en sus figuras, a los que son ignorantes o desprevenidos, a los que poco o nada les importa el país como país y se adhieren a sus propósitos de obtención de ganancias con apariencias de licitud- venta de terrenos en gestión Macri y ahora en gestión de Larreta-y ponen a descansar en paz a los problemas de pobreza de la mayorías nacionales.
Pero eso sí, la bandera nacional la exhiben en las marchas del desconcierto, tanto los que las propician como sus seguidores poco pensantes guiados por los medios direccionados a obtener los frutos de dicho accionar, como si fuera el patrimonio privado de unos pocos esclarecidos que se consideran dueños del país. Si alguien con pretensiones de alcanzar el poder político utilizara sus afirmaciones y negaciones absurdas, contradictorias y sin compromiso cierto (lilita, Patricia. Cornejo Negri, Wolf, Iglesias etc etc) con denuncias, amenazas dislates, corruptelas del lenguaje, nuevas palabras, consignas mentirosas, actos de creación literaria, promesas, ficciones casi siempre unidas al fraude, a sus ineptitudes, desconocimiento o falsedades, buscando sólo bosquejar, si, escribí bien, bosquejar los lineamientos posibles de un país como Argentina con objetivos claros en distintos direcciones no tendría más opción que autorrecluirse y esperar que la redención del Señor..llegue a todos los argentinos.
Aldo O. Savina