Policías desalojaron a una multitud de jóvenes

Estaban en horario permitido, sin respetar el distanciamiento.

Agentes de la Policía de Entre Ríos realizaron un operativo en plaza Constitución durante la tarde de ayer, debido a la presencia de un nutrido grupo de jóvenes, que pese a estar en el lugar durante el horario permitido para permanecer en espacios públicos (de 6 a 20 horas), en su conjunto sumaban una multitud que no cumplía con las medidas de distanciamiento social vigentes.
La situación se fue saliendo de control a medida que avanzaba la tarde de este domingo, ya que en horas de la siesta sólo había algunos jóvenes y unos pocos abuelos que paseaban a sus nietos. Pero con el correr del tiempo, algunos grupitos de amigos fueron encontrando una ubicación en diferentes espacios de la plaza, donde se unían a otros conformando grupos cada vez más numerosos, hasta llegar a transformarse en una virtual muchedumbre que causó preocupación entre vecinos y transeúntes, en el marco de la actual situación pandémica.
Debido a este escenario y a la cantidad de llamados recibidos por la fuerza de seguridad, por parte de los habitantes de la zona que veían con inquietud lo que estaba ocurriendo, al menos dos patrulleros llegaron al lugar y tomaron intervención. El personal policial primero cortó la circulación de los vehículos y de inmediato se abocaron a despejar de la zona a quienes tomaban mate en las típicas rondas se solían verse en épocas alejadas al Covid-19.
Cerca de las 18 horas, un auto de la policía se estacionó en la esquina de Juan Perón y 25 de Agosto; mientras que una camioneta de la misma fuerza hizo lo propio en Artigas y 25 de Agosto. Una vez que se impidió a los vehículos circular por el perímetro de la plaza, los agentes de policía (al menos cinco de ellos) empezaron a pedir a los jóvenes que desocuparan el lugar.
Si bien el procedimiento fue desarrollado con amabilidad, no dejó de resultar antipático para muchos de los jóvenes que sin embargo se retiraron sin ofrecer resistencia. Más allá de algún comentario más o menos gracioso proferido por algún disidente disgustado, lo cierto es que la mayoría de los presentes entendieron la situación y empezaron a abandonar pacíficamente la plaza. “Levantemos todo y vamos a tomar mate dos cuadras más allá”, dijo en voz alta y con sorna un joven que no pasaba de los 15 años. Su comentario despertó algunas risitas mientras se alejaban a paso cansino, evaluando quizás dónde poder seguir sus charlas. La situación fue tomada como pintoresca, ya que en pocos minutos todos se retiraron en diferentes direcciones, abandonando por completo la zona. Una vez que la policía tomó el control de la plaza, por describirlo de alguna forma, la circulación de vehículos que se dirigían a la Isla del puerto no disminuyó en lo más mínimo. De esta forma, el tráfico sufrió dos leves desvíos en el recorrido tradicional. Quienes estaban en dirección al sur de la ciudad; conducían por calle Perón, doblaban en Suipacha a la derecha. Luego, dos cuadras más adelante giraban a la izquierda en 3 de febrero, una cuadra más después retomaban por 25 de agosto y en Perón volvían al tradicional corredor de los fines de semana. En esta última esquina, quienes circulaban en sus autos pasaban cerca de un patrullero de la policía y miraban con sorpresa lo que estaba ocurriendo.
Por otra parte, los uruguayenses que volvían de la Isla del Puerto, hacían el recorrido de siempre por calle Artigas y hasta llegar a 25 de agosto, a la esquina del colegio Sagrado Corazón. En ese punto debían doblar a la derecha hasta Jordana, una cuadra hasta Suipacha, y volvían a bajar dos cuadras para retomar otra vez por Artigas. Si bien no está prohibida la circulación en auto a la hora de este operativo, llama la atención la necesidad de aglomeración que existe y la curiosidad que despierta en muchos, la situación de ver una plaza custodiada por policías en etapa de democracia. Cabe destacar que estas medidas resultan indispensables en el marco de la batalla que se le está dando a la actual pandemia mundial, lo que debiera traducirse en un entendimiento elemental debido al momento histórico que atraviesa no ya la ciudad, sino la provincia, el país y el mundo.
Pese a la gravedad de este verdadero flagelo, no faltó quien por lo bajo hiciera algún comentario con respecto a lo que fue la dictadura en nuestro país. Es evidente que este operativo está muy lejos de esos años oscuros. Las restricciones impuestas por el Estado son un paliativo necesario en la batalla que está presentando un gobierno democrático, contra una pandemia que aqueja a todo el mundo y que por el momento no tiene síntomas de concluir.

RESUMEN DEPORTIVO