Pidieron la detención de otros ocho agentes

Hubo una reconstrucción

El fiscal de la causa por el homicidio calificado de Lucas González, el adolescente de 17 años que fue asesinado de un balazo por efectivos de una brigada de la Policía de la Ciudad, pidió la detención de otros ocho efectivos de la misma fuerza de seguridad por el encubrimiento del crimen, informaron fuentes judiciales.
Asimismo, el fiscal de instrucción 32 Leonel Gómez Barbella solicitó la ampliación de indagatoria para los seis policías ya detenidos por «encubrimiento agravado, privaciones de la libertad agravadas y falsedades ideológicas», a lo que ya accedió el juez Martín del Viso, que dispuso que se hagan el lunes a partir de las 9.30.
De acuerdo al requerimiento de 27 páginas, al que tuvo acceso Télam, Gómez Barbella pidió la detención inmediata de un comisario inspector, un comisario, un subcomisario, dos principales, un oficial mayor, un oficial primero y un oficial.
Según las pruebas reunidas por el fiscal, a estos últimos ocho efectivos les atribuye «haber hecho insertar datos falsos en las actuaciones labradas» por la Policía Federal Argentina (PFA), como así también las «privaciones ilegales de la libertad» a los tres sobrevivientes y la «alteración» de los rastros y pruebas». Por otro lado, también les endilga «haberle aplicado tormentos y sufrimientos físicos y psicológicos» a Lucas González y a dos de sus amigos. El representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) considera que incurrieron en los mismos delitos por los que ya se encuentran detenidos el comisario Juan Romero y el subcomisario Roberto Inca, a cargo de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4; y el comisario Fabián Du Santos, el principal Héctor Cuevas y las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño, todos efectivos de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad. «Los policías aquí acusados fueron quienes participaron en este procedimiento fraguado donde se continuó con la línea falaz instalada por (Gabriel) Issasi, (José) Nievas y (Fabián) López aparentando como un ´tiroteo´ entre los niños y los policías y para reforzar ese escenario armado, les plantaron el arma de cotillón dentro del rodado en el que iban» los jóvenes, aseveró Gómez Barbella. En cuanto a los tormentos sufridos por las víctimas, el fiscal destacó el testimonio de una vecina del lugar, del cual se desprende «que los niños permanecieron detenidos y esposados, boca abajo desde el comienzo del procedimiento hasta horas del mediodía en donde allí mismo también les propiciaron las frases tendientes a imponerles graves sufrimientos psíquicos».