Pidamos calefaccionar las aulas públicas

Señor director:
Quiero empezar aclarando desde las primeras líneas, que no estoy pidiendo que se suspendan las clases presenciales, sólo intentaré transmitir en este relato una realidad de las escuelas públicas de la ciudad, o al menos de la gran mayoría de ellas.
Tratemos de alejarnos un ratito del debate políticamente instalado por clases presenciales o virtuales, no voy a gastar mi tiempo en algo que finalmente lo definirán los políticos; según el humor social de sus votantes en algunos casos y según la responsabilidad de llevar adelante el manejo de una pandemia en otros.
El punto es que por protocolo las aulas de las escuelas deben permanecer con ventanas y puertas abiertas para ventilar el espacio, como es recomendado en todos los informes periodísticos que consumimos. De esta forma, no quiero ni pensar lo que pueden llegar a ser un grupo de 15 niños de una burbuja, dentro de un aula de la escuela Normal por ejemplo.
Estos edificios amplios, antiguos y con grandes ventanales, son realmente una especie de conservadora que usualmente utilizamos para llevar al río, pero en esta oportunidad lo que va a mantener helado es a nuestros gurises. Me permito un pequeño suspiro en mi relato para recordar que no estoy pidiendo que se suspendan las clases, estoy reclamando condiciones mínimas e indispensables como por ejemplo un sistema de calefacción a gas natural, el cual permita calentar un poco la enorme habitación llamada aula. Es fácil sentarse calentitos en nuestras casas a la noche para mirar los programas porteños de televisión, donde nos enseñan a que se debe sufrir para estudiar si es necesario. No creo que sea así, los estudiantes deben ir a sus aulas y los políticos gestionar para llevar gas natural a las escuelas. Es una barbaridad que las escuelas públicas hagan malabares para poder pagar la factura del gas. Si bien tuvimos un año para prever esto, podemos obviar esa polémica y pensar para adelante. Pero con una reacción inmediata y concreta, que no sea la apertura de sobres para la licitación de una obra Lamentablemente por un conocido me enteré que la escuela N°15 de nuestra ciudad, que es un establecimiento relativamente nuevo, tiene diez años aproximadamente, el gas está cortado, ya que el CGE (encargado de pagar el gas) nunca abonó las facturas correspondientes. Por otra parte, también es bien conocido que en la escuela Normal les piden a los niños que se lleven mantitas para no tener frío. No romanticemos la precariedad en la educación y tratemos de reclamar cosas que sean para adelante. Si dar clases en grupos reducidos con todo abierto es lo recomendable, me parece perfecto que se piense en calefaccionar de alguna forma. Si alguien llega a levantar este guante, por favor empiecen por las escuelas más carenciadas así no queda como que es un acto reflejo, para sólo calefaccionar alguna escuela con muchos alumnos pero que cuenta con mayores recursos que otras.
Blas Romero