Señor director:
Me aterra caminar por la calle con alguno de mis pequeños hijos y pasar delante de esas personas que para hacerse notar salen a caminar con ´perros malos, muy malos, que muchas veces son noticias en otras partes del país por atacar y matar a niños o personas mayores.
En nuestra ciudad podemos ver en el centro a adolescentes o veinteañeros que salen a pasear sus perros raza “dogo” o “fila brasilero” por ejemplo. Van al cajero como si nada y los dejan sin la correa al cuidado de alguna novia que jamás podrá frenar a esos perros en un ataque de furia. O peor aún, dejan a algún adolescente que espere afuera sin ninguna contención. Uno se corre por miedo y la primera reacción del dueño del animal es decir que es bueno y no pasa nada.
¿No se podrá hacer algo para prohibir que se paseen sin correa estos perros? Muchas veces uno está en la plaza y se tienen que ir debido a que llegan estos jóvenes con sus perros, que más que mascota son usados como una especie de símbolo de virilidad juvenil. A nadie le puede gustar el aspecto de un dogo, un animal básicamente feo de aspecto y muy malos, que lanzamos en furia pueden matar a una persona.
No solo hay que cuidar a los niños y adultos de estos perros potencialmente asesinos, sino que también hay que estar latente con las mascotas que no son así de malos y mucho menos más chicos, ya que estos jóvenes se divierten viendo cómo su animal cargado de virilidad corre a pequeños perros que llegan a la plaza sólo para caminar o correr un ratito; los cuales no tienen ninguna opción de defensa si el perro se lanza en furia. Habría que obligarlos a andar con correa y bozal canino, ya que todo animal es bueno hasta que pierde la compostura.
Mariano Cabral