Este viernes el intendente Martín Oliva, firmó el contrato de obra para iniciar a la brevedad la pavimentación en barrio San Felipe. Se trata de un sector histórico en la ciudad que después de muchos años contará con nueva infraestructura urbana. Allí funcionaron los primeros saladeros de la ciudad.
Finalmente, los vecinos de San Felipe, después de muchos años, podrán ver los primeros movimientos de suelo en los próximos días, luego que el intendente Martín Oliva, firmara – tras el proceso licitatorio – el contrato de inicio de obra con la empresa «JCB Construcciones SA».
«Estamos muy contentos de esta obra en particular porque sabemos del anhelo de familias que desde hace muchos años, reclaman no solo por obras, porque detrás de ellas, se encuentra el avance de una comunidad, mejor calidad de vida, y una ciudad más linda. Hacia eso apuntamos».
«Leo y escucho a diario el reclamo de los vecinos. Recién llevamos dos años de gestión y ojalá nos permita el tiempo llegar a cada rincón de una Concepción de Uruguay que crece y se extiende todo el tiempo. Es una ciudad que tiene varios frentes para accionar, y tratamos de atenderlos a todos» destacó Oliva al momento de firmar el contrato para que «se inicien a la brevedad las tareas de pavimentación».
Allí, en San Felipe; se pavimentarán las primeras 9 cuadras, sumándose a otros frentes de obras que se extienden en distintos sectores de la ciudad, no sólo de pavimento, sino además, de cordones cuneta y badenes, arreglos de calle de tierra, iluminación, puesta en valor de plazas y espacios públicos, entre otros.
Se trata de un barrio que desde sus inicios se compuso por vecinas y vecinos emprendedores, y que a mediados del siglo pasado, se vio potenciado con la construcción de planes de viviendas para el sector de las fuerzas armadas y de seguridad.
Historia del barrio
El Ejecutivo Municipal, adoptó la iniciativa de pavimentar las calles de uno de los barrios históricos de Concepción del Uruguay, considerando que – posiblemente – cuando Don Tomás de Rocamora llegara a estas regiones como fundador de pueblos; ya se encontraran afincados en los lugares llamados «San Felipe y El Cerrito», cercanos al arroyo de La China, los aborígenes que componían una tribu conocida como «la toldería», que subsistió hasta mediados del siglo pasado, es decir, hacia el año 1858 aproximadamente y según lo narrado por tradiciones familiares.
Una de las primeras familias afincadas en el lugar fue la de Don Antonio Ruiz y Doña Francisca Zerpa, naturales de España, que levantaron la quinta San Antonio en 1833, conocida luego como «quinta de los Ruices».
En esa misma casa había nacido la señorita Angélica Miró, descendiente del fundador, que dedicó su vida a la enseñanza de primeras letras y religiosas, instalando en su propio hogar, la primera escuelita llamada «del Cerrito». Esa inquietud espiritual de volcarse al prójimo era herencia de familia; ya que su bisabuelo, Don Antonio Ruiz, desde que se instaló tuvo buenas relaciones con los habitantes primitivos, a quienes instruyó en las letras y la fe y a quienes para las procesiones de ciertas festividades de la Iglesia prestaba la imagen de su santo (que aún conserva un familiar directo) y tres Cristos de bronce (que se extraviaron en el tiempo) para que fueran encabezándola.
En este tradicional barrio, funcionaron importantes saladeros, entre ellos, el más importante; que llevó el nombre de «San Felipe».
En las primeras décadas de este siglo, el barrio del Cerrito (llamado así porque la cuchilla más grande de la zona estaba allí) se componía de un conjunto de quintas (de los Presas, Joray, Goñi, Poggio), algunas pocas casas de adobe, el almacén y la comisaría en la parte más alta, con paredes de ladrillos sin cocer, techo de paja, cerco de tunas, un pozo de agua, un ombú y dos aguaribayes. En esta humilde casa funcionó la primera escuelita oficial.