Señor director:
Está muy bien que las autoridades correspondientes realicen operativos para suspender fiestas clandestinas en la ciudad, que están prohibidas por la cuarentena impuesta desde el gobierno nacional y regulada por la provincia y el municipio. De hecho es un reclamo constante de quienes cumplen con la norma de aislamiento, ya que la normativa impuesta es para todos por igual. Lo negativo es que los operativos de esta magnitud, donde se expone a los infractores de una manera mediática muy fuerte, se realizan en zonas alejadas del centro y que están lejos de ser hijos del poder. Si uno circula por el centro de la ciudad, hay innumerable cantidad de viviendas donde los padres permiten que sus hijos adolescentes realicen juntadas que también violan la cuarentena. Es obsceno pensar que una familia del barrio La Rural tenga que afrontar una multa abismal que ronda el precio estimado para 5.000 litros de nafta súper. Voy a empezar a respetar estos operativos cuando se le practiquen a hijos del poder, que también violan la cuarentena a la vista de sus vecinos.
Martín Ferreira