Señor director:
En el peor momento de casos, cuando hay cada vez más positivos por Covid-19, se les ocurre habilitar el ingreso a la Isla del Puerto, una buena medida, que si no es acompañada de la apertura de Paso Vera y Banco Pelay, es como que te obligan a despejarte mirando el río, uno encima del otro. Banco Pelay bien podría servir para que la Isla del Puerto no esté colapsada de personas, que no deberían estar en la arena, pero que finalmente terminan bajando para no estar tan pegados con los demás vecinos de la ciudad que llegan hasta el lugar para tomar mates. No se entiende que Paso Vera esté cerrado, ante la llegada del verano y la necesidad innegable que tienen los uruguayenses de estar al aire libre en momentos que no se puede ni viajar para ver a familiares que residan en otras ciudades del país. Me comentaron que a Banco Pelay lo usan los supuestos pescadores y jugadores de vóley. A qué mente brillante se le habrá ocurrido que ahí tienen que ir unas cincuenta personas que les gusta tirar la pelota por arriba de una red o a otros cincuenta que les gusta arrojar una lombriz al río como señuelo. Somos muchos los ciudadanos que queremos disfrutar de estos lugares hoy cerrados. El privado que tienen Paso Vera debería estar a la altura de la circunstancia y tener en condiciones de uso el lugar, ya que estamos ante una situación atípica y seguramente como empresario podría estar haciendo un dinero extra; al igual que lo hicieron en los últimos meses los supermercadistas. Volviendo a la necesidad de habilitar las demás playas, para que la gente no se agolpe en la isla del puerto, creo que es momento de dejar de lado las costumbres y no podemos esperar hasta el 8 de diciembre por cuestiones religiosas o de costumbre de la ciudad. Por una vez que se adelante la inauguración oficial de las playas, para que las personas puedan aprovechar a recrearse, no va a pasar nada malo. Al menos eso creo yo, seguro que hay explicaciones valederas a estos planteos sin sentido que me animo a expresar.
Adrián Sosa
