*Por Víctor Hutt, docente entrerriano
El empobrecimiento programado desde el gobierno nacional y acompañado plenamente desde el gobierno provincial se viene denunciando hace varios meses, comenzó ya en el mes de octubre del año pasado, por el efecto de los acuerdos de transición de gobierno, fue enorme en el mes de diciembre y se sostuvo durante todo el 2024, incluyendo la quita del Incentivo docente que teníamos desde hace 26 años.
Todo este tiempo de quita de poder adquisitivo del salario nos ha depositado hoy en una situación que es dramática, insostenible, insoportable, porque nos están abonando sólo una parte del sueldo que teníamos un año atrás, nos han quitado el 40% del sueldo.
Al 60% que cobramos actualmente se lo llevan las deudas, los impuestos, los gastos fijos, los gastos impostergables y no nos queda nada para la subsistencia del mes.
Tenemos que recurrir nuevamente a un endeudamiento que va creciendo mes a mes y la proyección nos indica que vamos a estar peor, hoy estamos desesperados económicamente y las ofertas nos aseguran que vamos a estar peor.
En el primer semestre del año hemos soportado esta situación con demasiada paciencia, incluso se llegó a un acuerdo salarial empobrecedor, porque la docencia en su mayoría apoyó ese acuerdo en lo que reflejó un voto de confianza ante el nuevo gobierno.
Finalizado ese acuerdo del primer semestre, la dura realidad llegó a los trabajadores de la educación y comprobamos que ese acuerdo nos había empobrecido y nos había colocado en la situación desesperante de la actualidad, sobre esta comprobación además se sumó el incumplimiento de los compromisos del gobierno provincial, que había firmado revisar la diferencia con la inflación para compensarla, se apoyó en la flexibilidad de la palabra revisar, se tomó 3 meses para hacer una cuenta que se resuelve en un minuto, en una muestra de desinterés por resolver la problemática de los trabajadores.
Esos mismos docentes que, democráticamente, habían resuelto a favor del acuerdo empobrecedor del primer semestre, pero ya sacudidos por los padecimientos económicos de sus familias, resolvieron rechazar las 5 o 6 ofertas para el segundo semestre, se rechazaron todas con contundencia sencillamente porque eran todas similares y profundamente empobrecedoras, que se entienda bien, ofrecían un nuevo empobrecimiento sobre el ya consolidado en los meses anteriores.
Hay cuestiones elementales que se tienen que entender: una obligación elemental de un gobierno es sostener un sistema educativo, así funciona la sociedad nacional o provincial, con un Estado que garantiza el derecho a la educación, algunas veces mejor y otras peor, una componente fundamental para sostener el sistema educativo público es sostener el salario docente, sin salarios docentes no hay educación, sin educación no hay sociedad civilizada, sin salarios docentes de verdad estamos frente a un proceso de degradación de nuestra vida en sociedad, se está degradando la Provincia e igualmente la Nación.
Con cada medida de gobierno comprobamos que la degradación de nuestra sociedad es un plan de gobierno, que no se debe a una crisis accidental sino planificada, en principio desde el gobierno nacional, pero plenamente acompañada desde el gobierno provincial.
La degradación de nuestra vida en sociedad está generando la muerte de nuestros jubilados, que se sustenta en la falta de recursos de subsistencia y de remedios para sus enfermedades, ante este problema lo que observamos es que se planifica un enorme sistema de represión ante la desesperación de nuestros abuelos, proyectos de ley empobrecedores acompañados de una banda de energúmenos comandados por una Ministra sin escrúpulos, que ha demostrado en la historia su falta de humanidad, palos y gases para nuestros viejos, una muestra de la degradación que no hemos visto nunca antes en nuestra Patria.
Ante el hambre de nuestros niños, cada vez más profundo, la degradación de ver galpones repletos de alimentos que se están pudriendo, pasan los meses, se siguen pudriendo y nuestros niños crecen con hambre, ante la protesta por estos hechos, protocolo represivo, es el principal plan de gobierno.
Y, en Entre Ríos, vemos exactamente el mismo principio filosófico de degradación social ante los reclamos de dignidad de nuestra gente.
Ante la destrucción de las condiciones en nuestras escuelas públicas y el profundo empobrecimiento de los docentes, la única medida planificada del gobernador Frigerio es una medida represiva del derecho a huelga, un Consejo General de Educación que no da respuestas a ninguna de nuestras necesidades en las escuelas, que ante un problema edilicio en una escuela, la decisión es cerrarla y repartir a los niños en escuelas lejanas, rápidamente construyó una herramienta como es la indigna declaración jurada de «prestación de servicios», para que cada docente se transforme en un vigilante del reclamo del docente que tiene a su lado.
Esos mismos docentes que tienen que trabajar codo a codo para sostener las escuelas en condiciones paupérrimas por el abandono del gobierno, ahora están obligados a convertirse en un engranaje del sistema represivo de la protesta docente.
Es un absurdo pensar que el problema de la escuela pública entrerriana es el paro docente, el paro docente es la consecuencia de la destrucción planificada desde el gobierno provincial, surge para detener la degradación de nuestra escuela, pues bien, la única solución que construye rápidamente el CGE es la herramienta represiva, para continuar destruyendo nuestra escuela pública sin la resistencia de los y las docentes.
Pero nos mueve la convicción de que los malos no pueden durar mucho tiempo, haciendo el mal, que las sociedades reaccionan y combaten a quienes demuestran sus malas calidades personales, que el engaño puede durar un tiempo, pero que más temprano que tarde, pagarán sus culpas los traidores, se van quedando solos porque sus aliados se van retirando ante la evidencia del mal camino y del mal final.
La lucha docente continuará mientras dure el plan de degradación del derecho a la educación, y cuando llegue el momento de la victoria de nuestra lucha contra quienes planean la destrucción de nuestra sociedad, sólo nos quedarán los recuerdos de esas personas nefastas, de quienes se pusieron de su lado por conveniencia, quienes privilegian los cargos a las convicciones y volveremos a seguir la construcción por una escuela pública que garantice la educación como derecho humano, que construya civilización y dignifique la vida en sociedad.
Escuela pública siempre, hasta la victoria siempre, venceremos.