Por Andrea Rivas
En la Argentina hemos avanzado con el cupo laboral travesti trans y el reconocimiento de las identidades no binarias. Sin embargo, nos encontramos frente a una Justicia machista y patriarcal que necesita una urgente reforma transfeminista.
Asimismo, existen nuevas prohibiciones en regulaciones locales que nos indican que son una réplica de un avance antiderechos que se dan a escala global.
En marzo último en el Estado de Florida de Estados Unidos se aprobó una ley que prohíbe que los docentes hablen sobre la identidad de género y la orientación sexual entre el nivel inicial y tercer grado de primaria.
A partir de ese nivel de educación primaria, dice la ley conocida como “No digas gay#” que se podrá hablar de esos temas “siempre que sea abordadas de una forma «apropiada para la edad».
La Corte de Justicia de Estados Unidos, eliminó el derecho al aborto que había estado garantizado por 50 años. A días de la celebración hubo un tiroteo masivo en Oslo a la salida de un bar LGBTI+ con consecuencias fatales.
En Argentina vemos similitudes. Este año se atacó un bar LGBTI+ en CABA. La Justicia también trabaja silenciando derechos al no tener una perspectiva feminista y LGBTI+, aún nos preguntamos por Tehuel De La Torre, un varón trans de 22 años que desapareció de su casa al ir a una entrevista laboral y la causa avanzó muy poco.
Hay límites a la Educación Sexual Integral que silencian y ponen a las identidades LGBTI+ como lo inadecuado.
La reciente resolución de la ministra de Educación del Gobierno de la CABA que prohíbe el uso del lenguaje no binario, silencia no solo a las identidades LGBTI+, sino a las mujeres favoreciendo que se perpetúe un uso machista del mismo.
El silenciar y borrar de la educación y del lenguaje tiene una implicancia de avasallamiento total de los Derechos Humanos. El lenguaje no es neutral, menos aún el castellano. El lenguaje binario, que impone al masculino como “género no marcado”, no sólo se usa para hablar individualmente sino también para referirse al grupo sin distinción de géneros. Y no es una regla gramatical, sino una construcción patriarcal y machista.
Los Derechos Humanos y el lenguaje no se pueden anular, son inherentes a nosotres. En esta semana en que celebramos el Día del Orgullo, seguiremos luchando por la igualdad y un acceso a derechos libre de violencia y para todes.
(*) Presidenta de la Asociación de Familias Diversas de Argentina.