Una vecina alertó a la directora, ya que había visto la ventana de la biblioteca rota. Hicieron una recorrida y constataron más daños.
La comunidad educativa de la escuela “Tucumán”, ubicada en Belgrano 1491, entre Isaías Torres y Ruíz Moreno, amaneció consternada este lunes; luego de que un grupo de jóvenes que pasaron por el lugar durante la noche del domingo, rompieran los vidrios de al menos nueve ventanas del establecimiento.
El hecho fue presenciado por vecinos de la entidad educativa quienes dieron inmediato aviso a las autoridades de la escuela, ya que tienen sus contactos telefónicos para este tipo de situaciones que ocurren bastante seguidas.
Con la intención de conocer más detalles de lo ocurrido, la redacción de La Calle dialogó con Marisa Stegemann, directora del establecimiento fundado en 1919.
-¿Qué ocurrió en la escuela?
-Este domingo de noche nos comunicó una vecina de la escuela, que uno de los vidrios de una ventana de la biblioteca estaba roto. Como era de noche y es la tercera vez que nos ocurre en el año, en 2020 también pasó varias veces, los ordenanzas llegaron a la escuela este lunes a las 7 de la mañana y empezaron a abrir todo para ventilar el lugar.
A medida que fueron abriendo las ventanas, observaron que en algunas aulas del nivel inicial (que dan a calle Ruíz Moreno) había dos ventanas con vidrios rotos y encontraron las piedras dentro de la institución. Luego de esto, los ordenanzas siguieron abriendo puertas y ventanas, hasta que llegaron al salón de quinto grado donde había más vidrios rotos.
Más tarde, a las ocho menos veinte, llegué y los ordenanzas me comunicaron que habían encontrado vidrios rotos en las salas del nivel inicial y de quinto grado. Ahí les conté que una vecina nos había avisado que estaba rota la ventana de la biblioteca.
-¿Qué hicieron entonces?
-Seguimos revisando las ventanas y encontramos más vidrios rotos en otras aulas del nivel inicial que aún no habían sido abiertas.
-¿Intervino la policía?
-Llamé a la línea 101 y a los cinco minutos había un patrullero de la policía de Entre Ríos en la escuela. Recorrimos, miramos las salas que no habían sido abiertas todavía y encontramos un total de nueve vidrios rotos; pertenecientes a ventanas de calles Belgrano y Ruíz Moreno.
-¿Van a reparar los destrozos?
-No es fácil para nosotros reponer los vidrios de nueve ventanales grandes. Fue importante el daño. En febrero nos pasó algo similar y a valores de ese entonces, si la escuela quiere reponer los vidrios de las nueve ventanas, tenemos que invertir entre 11 y 12 mil pesos; aunque aún tenemos que esperar que nos respondan con los precios actuales.
La policía llegó de manera inmediata, recorrieron el lugar, tomaron declaración a los testigos y los agentes de criminalísticas realizaron las mediciones necesarias para hacer sus informes.
Verdaderamente los agentes hicieron un buen trabajo: recorrieron las calles, buscaron cámaras en la zona y hablaron con vecinos para saber si habían visto algo también.
-¿Hubo muchos destrozos en la institución durante los meses de pandemia?
-No, ya que la escuela cuenta con un comedor escolar y por lo tanto nunca estuvo cerrada tanto tiempo. Durante 2020, el equipo directivo de la escuela se fue turnando para abrir la institución y así poder entregar las viandas de alimentos. No digo que estaba impecable la escuela, pero al abrirla todos los días íbamos limpiando de a poco.
Tuvimos que hacer la rampa para el ingreso al nivel inicial, ya que las veredas estaban muy rotas. Conseguimos materiales y pudimos llevar adelante la construcción de la misma. Lamentablemente también nos rompen eso, nos tiras los ladrillos y nos van desarmando de a poco la rampa.
Pese a esto, quiero destacar que hay un vecino que nos cuida, nos guarda ladrillos cuando ve que los sacan y cada tanto hace algún arreglo.
-¿Colaboran muchos los vecinos con ustedes?
-Sí. Están muy atentos al establecimiento y cada vez que escuchan o ven algo, siempre me llaman, ya que yo les dejé mi teléfono para mantener una comunicación fluida con ellos.
-¿Algo para destacar en esta situación amarga?
-Queremos agradecer a estos vecinos que están permanentemente pendientes de la escuela y la cuidan mucho. Hubo padres que llegaron hasta la escuela para pagar un aporte de cooperadora y otros nos donaron dinero para poder cambiar los vidrios. Cada uno dejaba lo que tenía o podía, cincuenta o cien pesos. Si bien no nos alcanza con lo recaudado, creemos que todavía nos pueden dar una mano para arreglar las ventanas.