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Bautismo
Tania Ruiz Díaz recibió los óleos bautismales durante una ceremonia oficiada en la parroquia San Vicente de Paúl.

Santoral
Los católicos recuerdan hoy a Santa Francisca Javiera Cabrini. En Chicago, del estado de Illinois, en los Estados Unidos, fundó el Instituto de Misioneras del Sacratísimo Corazón de Jesús y, con eximia caridad, se dedicó al cuidado de los emigrantes. Entre el 1901 y el 1913 emigraron a Estados Unidos 4.711.000 italianos. A pesar de los innumerables dramas que suscitó la emigración, hubo una frágil maestra del Angelo Lodigiano, Francisca Cabrini, nacida en 1850, la menor de 13 hijos.
Se distinguió, por no mirar la emigración con los ojos del político ni del sociólogo, sino con esos humanísimos de mujer cristiana, mereciendo el título de madre de los emigrantes. Huérfana de padre y de madre, Francisca hubiera querido encerrarse en un convento, pero no fue aceptada por su delicada salud. Entonces aceptó el cargo que le confió el párroco de Codogno para que ayudara en un orfanatorio.
La joven, graduada de maestra hacia poco tempo, hizo mucho más: reunió a algunas compañeras y formó el primer núcleo de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón, orientadas por el espíritu de un intrépido misionero, San Francisco Javier. Cuando Francisca hizo los votos religiosos, tomó el nombre del santo.