Noticias sociales

Bautismo
Olivia Burgos fue ungida con los óleos bautismales en la parroquia San Vicente de Paúl.

Grávida
Desde la parroquia San Roque se hizo saber que, bajo el lema: ‘Vos podés cuidar más vida’, si se conoce a alguien que tiene la intención de abortar se contacten con el 3442 515482, teléfono de Grávida.

Santoral
Los católicos recuerdan hoy a Héctor Valdivielso Sáez, religioso lasallista y mártir. En Turón, en la región española de Asturias, los santos mártires Inocencio de la Inmaculada (Manuel) Canoura Arnau, presbítero de la Congregación de la Pasión, y ocho compañeros, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que, durante la revolución, fueron asesinados sin juicio previo, alcanzando así la victoria (1934). Integran el grupo: santos Cirilo Bertrán (José) Sanz Tejidor, Marciano José (Filomeno) López López, Victoriano Pío (Claudio) Bernabé Cano, Julián Alfredo (Vilfrido) Fernández Zapico, Benjamín Julián (Vicente) Alonso Andrés, Augusto Andrés (Román) Martín Fernández, Benito de Jesús (Héctor) Valdivielso Sáez y Aniceto Adolfo (Manuel) Seco Gutiérrez. Héctor Valdivielso Sáez es uno de los ocho católicos que alcanzó la corona del martirio durante la llamada Revolución de Asturias, poco antes de la Guerra Civil Española. Nació en el barrio porteño de Boedo, el 31 de octubre de 1910. El 26 de mayo de 1913 fue bautizado en la antigua iglesia de San Nicolás de Bari, y en 1914 viajó junto a su familia a España, donde se estableció en Briviesca. A los 24 años, convertido ya en hermano de La Salle fue detenido, junto a sus compañeros, por los marxistas, el 5 de octubre de 1934, en la escuela Nuestra Señora de Covadonga, del pequeño pueblo de Turón, a 20 kilómetros de Oviedo, donde enseñaban a hijos de mineros. Después de permanecer varios días en la Casa del Pueblo, los siete hermanos lasallanos y el padre pasionista que evangelizaba con ellos, fueron llevados en la madrugada del 9 de octubre hasta el cementerio de Turón, ante cuyas tapias los fusilaron los milicianos, sin acusación ni juicio previo. En la ceremonia de beatificación, el 29 de abril de 1990, Juan Pablo II dijo que habían sido martirizados por «odium fidei», es decir, por odio a la fe, y que aceptaron cristianamente el sacrificio antes de renunciar a Cristo Jesús. La ceremonia de canonización del beato argentino se realizó en el Vaticano el 21 de noviembre de 1999.