Noticias sociales

Bautismo
Martín Nicolás Farías recibió el sacramento del Bautismo en la parroquia María Auxiliadora.

Arte correo: formación
Durante hoy y 17 de junio, por plataforma Zoom y de manera sincrónica, la magíster Mariángeles Metivié brindará una instancia de formación gratuita en torno al Arte correo. La propuesta será en horario de las 18:00 para ambas jornadas. Actividad libre y gratuita. En este marco se buscará realizar una exposición virtual en redes sociales con las producciones generadas en el taller. Asimismo, la formación busca incentivar el trabajo intergeneracional en los hogares, ya que en el arte correo pueden producir grandes y chicos.

Santoral
Los católicos recuerdan hoy a la beata Ana María Taigi. Durante el siglo XIX, esta esposa de un obrero fue una de las mujeres más populares y de mayor fama de santidad en Roma. Nació en 1729 en Siena (Italia). Su padre quedó en la más absoluta pobreza y se fue a vivir a Roma. La pusieron unos meses en la escuela, pero luego llegó una epidemia de viruela y cerraron la escuela. Ella aprendió a leer, pero no a escribir. Su padre desahogaba el mal genio que le producía su extrema pobreza, insultándola sin compasión. La mamá también la humillaba frecuentemente y a la pobre muchacha no le quedaba otro remedio que callar y ofrecer todo por amor a Dios. Aprendió a hacer costuras y, trabajando en un almacén, fabricaba ropa de señora y así ayudaba a conseguir la alimentación para su familia. Y, aunque sus padres, que en vez de conformarse con sus suerte, eran cada día más irascibles y la trataban con extrema dureza, ella tenía siempre la sonrisa en los labios, tratando de alegrar un poco la amargada vida de su hogar. Su mayor consuelo y alegría los encontraba en la oración. Un día en la casa donde trabajaba su padre, le avisaron que quedaba vacante un puesto de sirvienta. Y él llevó para allí a Ana María. Poco después la mamá fue admitida allí también como sirvienta y así la familia tuvo ya una habitación fija y la alimentación segura. Ana María era una excelente trabajadora y todos en la casa quedaron muy contentos del modo tan exacto como cumplía sus labores. Cuando Ana tenía 20 años y era una joven muy hermosa, empezó a encontrarse cada semana con un obrero de 28 años llamado Domingo Taigi que venía a traer mercado a la familia donde ella trabajaba. Se enamoraron y se casaron. El era tosco, malgeniado y duro de carácter, pero buen trabajador. Y ella lo fue transformando poco a poco en un buen cristiano. En su matrimonio tuvieron siete hijos. Murió el 9 de junio de 1867 a la edad de 68 años. Por su intercesión se han obtenido maravillosos milagros. Su cuerpo se conserva incorrupto en Roma.