Bautismo
Ariana Jazmín Villagra recibió los óleos bautismales en la parroquia María Auxiliador
Jubilados provinciales
El Centro de Jubilados y Pensionados de Entre Ríos – Delegación Concepción del Uruguay, a través de la Secretará de Prensa, hizo saber que este viernes 16 no habrá atención del público.
Aniversarios e imágenes familiares
Los lectores de LA CALLE que deseen enviar sus fotos referidas a cómo celebran sus aniversarios y viven la cuarentena desde sus casas pueden enviarlas –en forma gratuita- al siguiente correo electrónico: redacción@lacalle.com.ar para su publicación. En lo posible, consignar los nombres de las personas que aparecen en la imagen, el apellido de la familia y la localidad de residencia.
Santoral
Los católicos recuerdan hoy a las Santas Basílica y Anastasia. Las ilustres y venerables matronas romanas habían recibido la luz de la fe y la gracia de Jesucristo por mano de los gloriosos príncipes de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Quedaron tan devotas suyas, que ni aun después que ellos padecieron el martirio, quisieron dejar por temor humano de reverenciarles; antes, recogiendo con todo cuidado las venerables reliquias de aquellos santísimos Maestros de nuestra fe, les dieron secretamente honrada sepultura. Más como por ese oficio de piedad fuesen acusadas delante del impío y cruelísimo Nerón, quien mandó que las prendiesen y las presentasen a su tribunal cargadas de cadenas. Pretendió el bárbaro emperador apartarlas del nuevo instituto y vida cristiana que les habían enseñado los santos apóstoles, mas ellas con gran fortaleza confesaron a Jesucristo, diciendo que era verdadero Dios, por el cual ellas estaban dispuestas a confesarle, también, derramando la sangre y muriendo si fuese menester. Entonces ordenó el tirano que sacasen de su presencia a aquéllas damas tan principales y las encerrasen en la cárcel hasta el día siguiente, en el cual se les concedería la nueva audiencia. Venida la hora de comparecer de nuevo al tribunal, se mostraron tan constantes e invencibles en la confesión de Cristo, que, luego, dispuso el ferocísimo emperador matar las bajo tormentos. Azotándolas con bárbara inhumanidad, colgándolas en un potro, abrasaron sus delicadas carnes con hachas encendidas. Al ver los verdugos que sufrían ellas sin quejarse y que no cesaban de invocar el nombre de Cristojesús, con gran furor les «sacaron las lenguas de la boca y se las cortaron.
Las atormentaron cruelísimamente hasta que se cansaron de hacer en aquellos santísimos cuerpos la más horrible y sangrienta carnicería y, como no pudiesen quebrantar un punto la constancia maravillosa de aquellas flacas mujeres y fortísimas mártires del Señor, las condenó el tirano a ser degolladas y así confirmaron con su sangre y su muerte la doctrina de Dios que habían recibido de los bienaventurados príncipes y esclarecidos Maestros de la Iglesia romana.