Bautismo
Agustino Vázquez recibió los óleos bautismales. Fue durante una ceremonia oficiada en la parroquia San Vicente de Paúl.
Santoral
Los católicos recuerdan hoy a San Cirilo, obispo de Jerusalén y doctor de la Iglesia. Desde el período apostólico hizo su aparición la herejía en la Iglesia; pero sin causar en las comunidades eclesiales esas profundas heridas producidas por el arrianismo y el nestorianismo en los siglos IV y V. Pero si este pulular de herejías frenó un poco la evangelización de los paganos, suscitó también grandes figuras de pastores, teólogos, predicadores, de escritores que, con sus obras, por medio de una catequesis sistemática, las homilías y los sermones, lograron exponer claramente la doctrina cristiana y penetrar en el mismo ambiente pagano. La defensa de la ortodoxia hizo más consciente y vívida la fe en el pueblo cristiano. Una de las figuras más representativas de ese período de apasionadas batallas teológicas fue la del obispo de Jerusalén, San Cirilo, que dirigió la Iglesia desde el 350 hasta su muerte, en el 386. Nació de padres cristianos en el 315. Tuvo alguna simpatía por los arrianos; pero se separó de ellos muy pronto y se adhirió a los semiarrianos. Cirilo los abandonó también y se adhirió a la doctrina ortodoxa de Nicea. Por esto fue varias veces desterrado, bajo los emperadores Constancio y Valente. El primer concilio ecuménico de Constantinopla, en el que participó Cirilo, reconoció la legitimidad de su episcopado. Las primeras incertidumbres de su pensamiento teológico demoraron, en Occidente, el reconocimiento de su santidad. En efecto, su fiesta fue instituida sólo en 1882. El papa León XIII le concedió el título de doctor de la Iglesia por las 24 catequesis que Cirilo compuso probablemente al comienzo de su episcopado y que él dirigía a los catecúmenos que se preparaban para recibir los sacramentos. De las primeras 19, trece están dedicadas a la exposición general de la doctrina, y cinco, llamadas mistagógicas, están dedicadas al comentario de los ritos sacramentales de la iniciación cristiana. Las catequesis de San Cirilo llegaron gracias a la transcripción de un estenógrafo, en la íntegra naturalidad y sencillez con que el obispo las comunicaba a la comunidad cristiana en los tres principales santuarios de Jerusalén, es decir, en los mismos lugares de la redención, en los que, según la expresión del predicador, no sólo se escucha, sino que “se ve y se toca”.
Concurso virtual
Se invitó a la comunidad a participar en Fui al corso, el concurso literario participativo (no competitivo) que buscó recuperar recuerdos e historias de aquellas fiestas populares de mascaritas, cabezudos y murgas, Los interesados también pudieron acercarte al Museo Casa de Delio Panizza y visitar la muestra Hechizo de Carnaval y revivir (o conocer) esos años con fotos históricas y una auténtica máscara hecho par la ocasión. Participaron aquellas personas que deseaban escribir sobre sus vivencias y/o recuerdos sobre los corsos uruguayenses. Cabe mencionar que el escrito podía ser algo real que les sucedió, pero, también, ficción, o contener algo de ambos. Fue a modo de anécdota, relato, cuento corto o poema.
Aniversarios e imágenes familiares
Los lectores de LA CALLE que deseen enviar sus fotos referidas a cómo celebran sus aniversarios y viven la cuarentena desde sus casas pueden enviarlas –en forma gratuita- al siguiente correo electrónico: redacción@lacalle.com.ar para su publicación. En lo posible, consignar los nombres de las personas que aparecen en la imagen, el apellido de la familia y la localidad de residencia.