Escuela de formación teatral
Concepción del Uruguay contará desde hoy con un nuevo espacio de formación teatral. Se trata de la Escuela Las Yotivenco, en donde se llevarán adelante numerosas disciplinas bajo estricto protocolo sanitario. El reconocido espacio de la actriz y docente Marife Franco, ubicado en calle Galarza 495, ahora se abre a la participación de las actrices y docentes Solange Restaino y Olivia Reinhartt, para completar un nutrido arco de nueve espacios para el acontecer y la formación teatral en la Histórica. Las Yotivenco contará, además, con las participaciones de Carina Resnisky y Nati Cuestas. Para más información: Facebook Fanpage: Escuela Las Yotivenco. Instagram: escuelalasyotivenco. Celulares: 3442 532329 (Solange) 3442 544029 (Marife) y 343 4523444 (Olivia).
Bautismo
En la Basílica Inmaculada Concepción fue bautizada Delfina Lemos, hija de Marcela R. Lemos y Valeria N. Mercado. Sus padrinos son: Valentín Fabre y Jésica Lemos.
Imágenes familiares
Los lectores de LA CALLE que deseen enviar sus fotos referidas a cómo celebran sus aniversarios y viven la cuarentena desde sus casas pueden enviarlas –en forma gratuita- al correo redacción@lacalle.com.ar para su publicación. En lo posible, consignar los nombres de las personas que aparecen en la imagen, el apellido de la familia y la localidad de residencia.
Santoral
Los católicos recuerdan hoy a Santo Domingo Savio, Nació en Riva de Chieri, Italia, en la humilde casita de los esposos Carlos y Brígida, el 2 de abril de 1842. Al año siguiente toda su familia se trasladó a las colinas de Murialdo. Es un niño del pueblo, nacido en una familia profundamente cristiana y joven, pobre y repetidamente probada. El 8 de abril de 1849 tomó su Primera Comunión. Muy temprano, vestido de fiesta, Domingo se dirigió a la iglesia parroquial de Castelnuovo. Fue el primero en entrar al templo y el último en salir. Aquel día fue siempre memorable para él. Arrodillado al pie del altar, con las manos juntas y con la mente y el corazón transportados al cielo, pronuncia los propósitos que venía preparando desde hacía tiempo: «Propósitos que yo, Domingo Savio, hice en 1849, a los siete años de edad, el día de mi Primera Comunión: 1. Me confesaré muy a menudo y recibiré la Sagrada Comunión siempre que el confesor me lo permita; 2. Quiero santificar los días de fiesta; 3. Mis amigos serán Jesús y María; 4. Antes morir que pecar”. Esos recuerdos fueron la norma de todos sus actos hasta el fin de su vida. El 2 de octubre de 1854 conoció a Don Bosco. Ese sacerdote lo guiará por el camino de la santidad juvenil, convirtiéndose en su padre, maestro y amigo. Lo llevó a estudiar a Turín. Tuvo en ese momento12 años y medio. Allí pasó su adolescencia, viviendo como pupilo con los muchachos pobres que el mismo Don Bosco recibía en su Oratorio. El 1 de marzo de 1857 su delicada salud se agravó. El médico aconsejó que fuese a su casa y allí se repusiera. Al despedirse de Don Bosco y de sus compañeros les dijo: “Nos veremos en el paraíso”. Intuyó que muy pronto iba a morir. Efectivamente, el 9 de marzo, postrado en la cama, en un momento se incorporó y le dijo a su papá que lo asistía: “Papá, ya es hora” y repitió las oraciones de los moribundos que entre sollozos leía el papá. Luego pareció adormecerse. Pasados algunos minutos entreabrió los ojos y con voz clara y sonriente exclamó: “Adiós, querido papá, adiós. ¡Oh, qué hermosas cosas veo!” y expiró con las manos juntas sobre el pecho, tan dulcemente que su padre creyó que se adormecía de nuevo. Tenía 14 años y 11 meses. A los dos años de su muerte, Don Bosco escribió un librito narrando la vida de su querido alumno.