Noticias sociales

Bautismo
Salvador Solliard recibió el sacramento del Bautismo en la parroquia San Vicente de Paúl.

Taller sobre Harry Potter
Dada la cuarentena obligatoria, el Taller de Lectura y Juegos sobre Harry Potter, que se desarrollaba hasta marzo, en la Biblioteca Popular El Porvenir, continúa ahora, pero de forma virtual. Quienes deseen sumarse lo podrán hacer al 3442549520, de Facu, o al 3442550598, de Nati.

Aniversarios e imágenes familiares
Los lectores de LA CALLE que deseen enviar sus fotos referidas a cómo celebran sus aniversarios y viven la cuarentena desde sus casas pueden enviarlas –en forma gratuita- al siguiente correo electrónico: redacción@lacalle.com.ar para su publicación.
En lo posible, consignar los nombres de las personas que aparecen en la imagen, el apellido de la familia y la localidad de residencia.

Santoral
Los católicos recuerdan hoy a San Juan Damasceno, obispo y doctor de la Iglesia. Era hijo de un alto empleado del Califa de Damasco y ejerció también el importante cargo de ministro de Hacienda en esa capital. Pero de pronto dejó todos sus bienes, los repartió entre los pobres y se fue de monje al monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén. Y allí se dedicó por completo a leer y escribir. Juan se dio cuenta de que Dios le había concedido una facilidad especial para escribir para el pueblo y, especialmente, para resumir los escritos de otros autores y presentarlos de manera que la gente sencilla los pudiera entender. Al principio, sus compañeros del monasterio se escandalizaban de que Juan se dedicara a escurrir versos y libros, porque ese oficio no se había acostumbrado en aquella comunidad. Pero, de pronto, cambiaron de opinión y le dieron plena libertad de escribir (dice la tradición que este cambio se debió a que el superior del monasterio oyó en sueños que Nuestro Señor le mandaba dar plena libertad a Damasceno para que escribiera).
En aquel tiempo un emperador de Constantinopla, León el Isaúrico, dispuso prohibir el culto a las imágenes, metiéndose él en los asuntos de la Iglesia, cosa que no le pertenecía, y demostrando una gran ignorancia en religión, como se lo probó en carta famosa el papa Gregorio II. Y fue entonces cuando le salió al combate con sus escritos San Juan Damasceno. Como el santo vivía en territorios que no pertenecían al emperador (Siria era de los Califas mahometanos), podía escribir libremente sin peligro de ser encarcelado. Y así fue que empezó a propagar pequeños escritos a favor de las imágenes, y estos corrían de mano en mano por todo el imperio. El iconoclasta León el Isaúrico decía que los católicos adoran las imágenes (se llama iconoclasta al que destruye imágenes).
San Juan Damasceno le respondió que “nosotros no adoramos imágenes, sino que las veneramos, lo cual es totalmente distinto. Adorar es creer que una imagen en un Dios que puede hacernos milagros. Eso sí es pecado de idolatría. Pero venerar es rendirle culto a una imagen porque ella nos recuerda un personaje que amamos mucho; por ejemplo, Jesucristo, la Virgen o un santo.
Los católicos no adoramos imágenes (no creemos que ellas son dioses o que nos van a hacer milagros. Son sólo yeso o papel o madera, etcétera) pero sí las veneramos, porque, al verlas, recordamos cuanto nos han amado Jesucristo o la Virgen o los santos.
Lo que la Biblia prohíbe es hacer imágenes para adorarlas, pero no venerarlas (porque entonces en ningún país podían hacerse imágenes de sus héroes y nadie podría conservar el retrato de sus padres)”.