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martes, abril 29, 2025

No tropezar con la misma piedra

Por Marcelo Sgalia

El fútbol se empecina en volver a cruzar viejas historias. Porque Gimnasia y Liniers de Bahía Blanca, que hace rato andan por rutas diferentes más allá de jugar en la misma categoría, volverán hoy a estar frente a frente. Y si bien hace unos días la mayoría de sus hinchas ni lo imaginaban ahora deberán decidir en campo neutral y en 90 o 120 minutos (o penales en todo caso), si tras las fiestas se arman para seguir en la tercera categoría del país o se despiden mínimo hasta setiembre del año que viene con el Regional.
Casualidades o no, destino o lo que ustedes prefieran. Pero Gimnasia y Liniers, que descendieron, ahora tienen un boleto de salvación. El futbo, como dice siempre Messi ante los ojos del mundo, está tan manoseado por quienes lo viven desorganizando que es capaz de cualquier cosa. Hasta anular dos descensos de cuatro que decía el Reglamento hasta el otro día. Sí, este Consejo Federal y la AFA, son capaces de abrir un ataúd cuando los familiares ya lloraron toda la noche ante su ser querido. De hecho, cuando los hinchas todavía se secaban las lágrimas del descenso en el Núñez, a Ascenso del Interior le llegó justo la información de lo que ya se manejaba extraoficialmente hace semanas. Pero como el fútbol es capaz de cambiar todo a cada rato no pasa nada. Los dirigentes de Liniers y Peñarol disimulaban sus críticas a la AFA tras la reunión de esta semana, porque ya descendidos ahora les regalaban una posibilidad. Pero no se aguantaron mucho. Agradecieron la chance y dijeron: “Qué lástima no nos avisaron antes, porque el plantel quedó licenciado tras consumarse el descenso”. Los sanjuaninos (que juegan con Antoniana) no llegaran a completar el banco, según contaron. Y los de Bahía Blanca hacían esfuerzos, hasta hace unas horas, por encontrar a su arquero suplente y la mayoría de sus futbolistas.
Esta vez, como otras fue en contra, Gimnasia la tiene a favor para salvarse de su segundo descenso en poco tiempo. Pero hay que jugar y ganar. Del anterior descenso lo salvó la pandemia. Habrá que aprovecharlo para hacer borrón y ¿aprender de una vez algunas cosas?. Eso será cuestión de los que conducen al club. Pero es otra linda posibilidad.
Como el fútbol se cansó de estos manoseos a los reglamentos y siempre huele mal, por lo menos parece tomarlo distendido y reencuentra historias, para hacerlo más llevadero y agradable. ¿Se acuerdan qué hacían el domingo 12 de julio de 1998? Pasaron 25 años. Yo titulaba en la tapa del suplemento deportivo del diario La Voz, junto a mi amigo y compañero Pipo Iglesias: “Volveremos, volveremos…”. Con la foto del eterno Juan Núñez cabeceando una pelota. Gimnasia terminaba de ganarle a Liniers, en Bahía Blanca, 2 a 1. Y en la última fecha del Pentagonal final del Argentino A lograba el ascenso, otra vez a la B Nacional. Cristian Saboredo hizo los dos goles esa tarde. Gimnasia necesitaba ganar. Y que en el Grella, Patronato y Villa Mitre empataran. Y eso pasó. Fue 1-1 en Paraná. Gimnasia terminó su triunfo antes y escuchó en vestuarios la parte final del otro partido. Si Patronato o Villa Mitre (los dos arqueros fueron figuras) hubieran ganado ascendían.
Gimnasia vuelve a cruzarse esta tarde con Liniers por un partido histórico. Esa vez fue para ascender. 25 años después es para no descender. Pero como los archivos y los que guardamos diarios (y esas cosas que sólo nos interesan a nosotros) nos regalan siempre perlitas como esta. Había dos ascensos. Eran dos pentagonales. ¿Saben quién ascendió en el otro? Juventud Antoniana de Salta. El otro equipo que hoy jugará para no descender contra Peñarol de San Juan, también para no descender. Gimnasia y Antoniana de la mano, para quien quiera leerlo.
Hace 25 años, Gimnasia –que había descendido en su primera campaña en la B Nacional- tardó un solo torneo en volver a la segunda categoría. Ganó su pentagonal con 15 puntos. De ocho partidos se impuso en 4. Y de los ocho por el ascenso perdió uno solo. Villa Mitre quedó con 13, Patronato 12, Liniers 6 y Barraca de Paso de los Libres 5.
Antoniana ganó el otro con 17 unidades (ganó 5 y perdió uno solo también). Huracán de San Rafael sumó 13, Juventud Alianza 11, Central Córdoba de Santiago 10 y Nuñorco de Tucumán 6.
Aquel partido del ascenso con Liniers, Gimnasia lo jugó con históricos nombres: Jorge Herrera –capitán-; Juan Monge, Sergio Alba y Néstor Segovia; Juan Núñez, Pablo Hamadé, Gustavo Buena, Yiyo Montalbetti, Cristian Saboredo; Silvio González y Fito González. Ingresaron del banco: Cristian Acosta, Maxi Díaz y Marcelo Migliasso. No lo hicieron Ricardo Gandolfo y Gustavo Bordet. Aquel equipo de Carlos Roldán. También estaban Chavaro Morales, Hernán Orcellet, Joselo Bernal y los goles de Antonio Zorzenón.
Si Gimnasia lograra salvarse esta tarde un dato de hace 25 años podría servirle de ejemplo para lo que viene: el Noni Alba llegó a ser criticado porque en el partido anterior a Liniers vio su cuarta amarilla y se perdió el último. El Nono Díaz, ya con demasiadas diferencias con Roldán, tampoco jugó ese día. ¿Saben dónde estuvieron esos dos referentes la tarde del ascenso en Bahía? En el vestuario, con sus compañeros, festejando el ascenso que también era de ellos tras tremenda campaña.
Más datos de ese juego ante Liniers: Lo dirigió el tucumano José Valero; la recaudación fue lo que hoy cuesta un alfajor: 350 pesos; el Intendente Luis Enrique Bermúdez saludó e hizo su pública sus felicitaciones y LT 11 estuvo ahí, con Cristian Debrabandere y Martín González.
Aquel ascenso tuvo en media hora tres dueños distintos. Liniers, por esas cuestiones que solo la AFA entiende, se metió en el Pentagonal desde otro torneo y pudo lograr saltar dos categorías en un año. Hay cosas que no cambiaron. Pero el fútbol, por sus hinchas y ese amor hacia sus colores, se reinventa las veces que sea necesario. Hoy alentará para que Gimnasia siga hacia sus 30 años consecutivos, al menos en la tercera categoría del país. Su historia lo merece, aunque las formas ya no le importen a nadie.
Hace 25 años, como hace una semana en San Francisco en el partido entre Sportivo Belgrano y Defensores de Ramallo, el mediocre árbitro Hardach no tuvo ninguna autoridad para obligar a Patronato y Villa Mitre empezar a tiempo. Arrancaron 15 minutos después. Por eso Gimnasia ascendió en vestuarios. Sí, evidentemente hay siempre razones para desconfiar: los hechos.
Hace 25 años, cerramos la nota final de aquel ascenso así: “Hay un viejo refrán que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Gimnasia está otra vez en la segunda categoría del fútbol argentino. No debe volver a cometer errores de su paso anterior y no caer en la soberbia del pasado. Gimnasia vuelve a pasear su estirpe por todo el país. Que lo haga con hidalguía, más allá de los eventuales resultados que logre en un partido de fútbol”. Esta tarde tiene otra oportunidad de no tocar fondo, de mantenerse en un lugar que se ganó con años de esfuerzos y empezar, sin soberbia, su esperada autocrítica y planear con su larga experiencia un futuro mejor; lejos de estos últimos lugares y descensos que no son descensos pero que lo parecen demasiado en todo caso.

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