Murió un apasionado del basquet

Angel Rubén Gómez (centro) vivía para el básquetbol.

El ambiente del básquetbol amaneció ayer con una triste noticia. El fallecimiento de Angel Rubén Gómez, un apasionado a la disciplina, que durante 35 años fue árbitro y comisionado deportivo en la provincia de Entre Ríos, y en los últimos años a nivel nacional.
Taka tuvo una gran pasión y amor por el básquet, abrazo a la profesión por 35 años, convirtiéndose en un referente del estamento arbitral. Querido y respetado en cada cancha de toda la provincia, por sus colegas, jugadores, dirigentes y aficionados.
Siempre tenía una mano extendida para sus amigos y colegas que llegaban a nuestra ciudad. Siempre dispuesto a colaborar en lo que necesitaba. Además fue un maestro para todos aquellos que se iniciaban en la actividad arbitral y de oficiales de mesa.
El parte de prensa de la Federación de Básquetbol de Entre Ríos lo pinta a como era “Respetado en cada cancha, su palabra era honestidad, sacrificio y profesionalismo a la hora de impartir justicia. Su nombre fue sinónimo de básquet, de conducta intachable y ejemplo para sus colegas”.
Taka, como todo lo llamaban, estaba internado desde hace algunas semanas en el Hospital Justo José de Urquiza, peleando por el Covid-19.
Sus restos fueron cremados ayer en el Cementerio Jardín de Paz.