El presentador estadounidense de televisión Larry King, figura fundamental para comprender el formato del ‘talk-show’ al que aportó más de 60 años de trayectoria profesional, falleció ayer a los 87 años tras haber contraído coronavirus. El animador murió en el centro médico Cedars Sinai, de Los Ángeles, donde estaba internado desde principios de mes con covid-19. Pero, además, su salud venía presentando graves ataques al corazón y diabetes de tipo 2, así como un cáncer de pulmón en 2017, del que se recuperó tras someterse a una intervención quirúrgica. A esos problemas debe agregarse que, desde mediados de 2020, perdió a dos de sus hijos: en julio, a Andy, de 65 años; y, en agosto, Chaia, de 51. «Durante 63 años en programas de radio, televisión y medios digitales, los miles de entrevistados de Larry son un testamento de su talento único e imperecedero como entrevistador», se destacó. Sus programas de entrevistas en CNN, Larry King en directo, en el que ejerció como anfitrión durante un cuarto de siglo, así como el resto de sus apariciones, «son referencia constante del resto de medios de comunicación y son parte del archivo histórico de finales del siglo XX y principios del XXI».