Murió el periodista Conrado Berón: La descosió

Por Luis Gómez
Estaba hecho para destacarse en su profesión. Podía hablar rápido y con coherencia, y erizarte la piel relatando una competencia deportiva profesional o un encuentro amateur y recreativo. Desde el palco de un estadio del primer mundo o trepado a un árbol.
Describía con precisión lo que veía en un escenario deportivo o lo que imaginaba en una mesa de amigos.
Era bueno para el relato, pero más aún para elaborar ideas a la par.
Fuera de ese ámbito era un tipo común, introvertido, ingenuo y utópico. Pero con valores sólidos y un sentido solidario admirables.
Cambiaba la fortuna del planeta por un rato de pesca en su La Paz, una cena con la mujer más codiciada por unos mates compartidos con su vieja Mari. Una entrevista exclusiva con el personaje más buscado por un rato de juegos con su hijo Vicentino. La eternidad por el reencuentro con su viejo Vicente.
Y hablando de tener los pies tan arraigados a su cuna, La Paz era su tópico predilecto. Convencía a cualquiera que es el paraíso terrenal y que vale la pena visitarla para alucinar con su luz.
Relataba al Triatlón Internacional de La Paz como si fuera la final de un Mundial de Fútbol y trataba a cada deportista como a un semidios que había bajado de visita al llano terrenal.
Desde chico entrenó sus cualidades narrando los juegos de sus vecinos del barrio Sur paceño. En Córdoba, estudió, se recibió y se fogueó cubriendo competencias de fútbol y básquetbol nacional.
Un empresario lo escuchó y lo convenció de que su voz marcaría un cambio en el relato del fútbol colombiano. Lo cuenteó y tuvo que volverse a la Argentina casi en una huida de narrativa policial.
Más tarde se abrió otra ventana en Venezuela. Esa vez, la patronal iba cumpliendo con lo prometido, pero la censura chavista le quitó aire a su emisora.
Volvió a Córdoba, pero La Paz y Entre Ríos empezaron a tironear fuerte de su corazón. Se radicó en Paraná justo cuando Patronato daba saltitos para impulsarse al fútbol grande y Echagüe hacía lo mismo, pero tratando de despegarse del fondo de su historial en el básquetbol nacional.
Venía de relatar a Messi y a la Argentina campeones mundiales Sub 20 en Países Bajos 2005, a la selección Argentina mayor subcampeona en la Copa América Venezuela 2007, a equipos argentinos en la Copa Libertadores. Lejos de arrogarse algo, trasladó su profesionalismo a las categorías del ascenso argentino y siguió a Patrón y al Negro como si se tratara de los mejores equipos del país.
Tanta pasión le puso a Patronato y a Echagüe que se quedó sin voz, literalmente, así que debió conformarse con ser comentarista en los últimos años.
Igual, no se calló y habló de temas tabúes y se metió en líos, desafiando a los poderosos.
Quizá, mientras su audiencia intervenía en la polémica, él ya estuviera preparándose para acudir al encuentro del único que podía callarlo.
Mientras, formó a varias promociones de periodistas deportivos y abrió puertas para que se desarrollen en esta fascinante profesión.
Este miércoles 10 de abril el periodismo deportivo de Entre Ríos está de luto y La Paz extraña a uno de sus hijos más ilustres. Sus colegas rememoran anécdotas, sus familiares y amigos lloran sin consuelo.
Y yo evoco con enorme dolor el ascenso de plano del amigo que me tendió una mano cuando estaba fuera del radar comunicacional y que, aun estando distanciados, me siguió llamando «hermano».
Que descanses en paz Conrado Berón, Loco x el Tria.