Lionel Messi se despidió ayer formalmente del Barcelona de España, en una conferencia de prensa en el estadio «Camp Nou» donde reveló haber hecho «todo lo posible» para continuar, incluso bajando su sueldo al 50 por ciento, pero que no se concretó por resolución de LaLiga y las deudas del club catalán.
En el Auditori 1899, Messi llegó acompañado por su esposa Antonela Roccuzzo y sus hijos Thiago, Mateo y Ciro, y se quebró ni bien pisó el escenario, que estaba decorado con los 35 trofeos que ganó en su carrera profesional dentro del conjunto culé.
«En estos días estuve pensando qué iba a decir y la verdad es que no me sale nada. Estoy bloqueado. Es muy difícil esto para mí, después de pasar toda mi vida acá, no estaba preparado para esto», expresó Leo
Además, admitió que el París Saint Germain de Francia «es una posibilidad» para continuar su futuro deportivo, pero aclaró que todavía no tiene «arreglado nada con nadie» , al tiempo que confesó su deseo de «seguir compitiendo y ganando títulos».
