Martín Guzmán no confía en la respuesta de BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo y posiblemente el acreedor individual más grande de la Argentina. El ministro de Economía prácticamente da por descontado que el fondo manejado por Larry Fink no apoyará la nueva propuesta, lo que hará dudar en los próximos días del verdadero éxito de la misma.
El Gobierno había negociado con UBS y el grupo de bonistas en el que participan Fintech y Gramercy una mejora de la oferta, que quedó plasmada en las nuevas condiciones que se enviaron a la SEC. Además, estableció condiciones mucho más favorables para el canje de los bonos 2005, que poseen cláusulas mucho más fuertes para los acreedores. Para los Discount, el valor de la nueva oferta orilla los USD 60, es decir una diferencia a favor de estos bonistas, representados por el consorcio Exchange Bondholders. En la flamante oferta, el Gobierno ofrece un valor cercano a USD 53, calculando un rendimiento para los futuros bonos que emita la Argentina del 10% anual en dólares.
Sin embargo, el caso del grupo Ad Hoc, en el que participan Black Rock, Ashmore y otros es diferente. Poseen títulos de los bonos emitidos por el gobierno de Mauricio Macri a partir de 2016, pero vienen presionando para obtener mejores condiciones de la Argentina. La semana pasada incluso habían expresado públicamente su decepción porque el equipo económico había decidido cortar el diálogo en medio de la negociación. Ahora esta nueva propuesta no cuenta con el visto bueno de Black Rock ni mucho menos. Por eso, se espera algún comunicado que no pasaría de las próximas horas en el que este fondo exprese nuevamente su preocuapación porque la oferta no satisface sus demandas.
La gran incógnita es hasta qué punto los acreedores de “Ad Hoc” están en condiciones de trabar la oferta del canje de deuda. Justamente la clave de la oferta es llegar a las mayorías necesarias para arrastrar al resto de los bonistas a la operación.