Mejora de ingresos

Por: Carlos Heller

El gobierno continúa con su misión de recomponer los ingresos de los argentinos. Por medio de distintas herramientas avanza en una estrategia que incluye políticas de control de precios, de aumento real de salarios, de cuidado del empleo y de impulso fiscal. Es el plan al que algunos sectores se resisten. La tarea no es sencilla. En abril, por caso, el índice de salarios elaborado por el Indec mostró una suba del 3,2%, aunque ha ido por debajo de la inflación (4,1%), lo que implica una pérdida de poder adquisitivo. Y no es el primer mes que se produce esta situación. La divergencia actual tiene su origen en el hecho de que la inflación no ha ido en línea con los fundamentos de la economía (costos y las variables monetarias y fiscales), sino por la decisión de los formadores de precios de incrementar sus ganancias. En mayo, no obstante, la inflación mostró una leve desaceleración (3,3%,) y es muy importante que se refuerce la tendencia en el segundo semestre (se espera una cifra similar o algo más baja para junio). A eso apuntan distintas medidas específicas, como los 70 productos con precios congelados, Precios Cuidados, o las medidas de cortes populares de la carne, entre otras. Además de mantener los equilibrios macroeconómicos. En cuanto a la política salarial, tal como expresó el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, “en caso de que las negociaciones hayan quedado por debajo de la inflación íbamos a reabrir las paritarias para volver a ajustar y es lo que está sucediendo”. Por el lado del empleo, se prorrogó hasta fin de año la prohibición para efectuar despidos sin justa causa y suspensiones, una medida que impacta más que nada en la órbita de la formalidad y que se da en el marco de las disposiciones adoptadas desde el inicio de la pandemia. Desde el seno de la Unión Industrial Argentina (UIA) salieron a criticar la medida. Se dijo que “genera incertidumbre” y que la actividad industrial está casi “normalizada”, por lo que no habría razón para que se mantenga una medida pensada para un momento extraordinario. Si la actividad está normalizada, pocos serían los eventuales despidos por lo que no se entiende la crítica de la UIA. Es evidente que ciertos grupos empresarios lo que están reclamando es tener manos libres para la flexibilización laboral.