Medidas, ajuste del gasto público y Presupuesto 2024: los próximos pasos de Massa

El ministro de Economía busca disminuir el impacto de la devaluación en la actividad económica y en los salarios. En dos semanas presentará el proyecto de ley de leyes al Congreso.

El Fondo Monetario y el Gobierno acordaron, por un lado, mantener el techo de déficit fiscal en 1,9% del PBI (Franco Fafasuli)El Fondo Monetario y el Gobierno acordaron, por un lado, mantener el techo de déficit fiscal en 1,9% del PBI (Franco Fafasuli)

El desembolso de USD 7.500 millones que envió el Fondo Monetario Internacional el último miércoles clausuró un proceso de más de cuatro meses de tensa negociación con el organismo para recalibrar el programa financiero, en un lapso de 130 días en los que el ministro de Economía Sergio Massa fue elegido candidato presidencial oficialista y se desarrollaron las elecciones primarias.

Ese plafón mínimo de divisas espera el Gobierno le dará aire para planificar los próximos pasos, que estarán marcados por dos novedades centrales: el paquete de medidas como respuesta a la devaluación que fue acordado con el FMI y el diseño del Presupuesto 2024, que será enviado al Congreso dentro de poco más de dos semanas. En ese camino de tres meses y medio antes del cambio de mandato la cuestión del ajuste del gasto será uno de los elementos centrales.

El Fondo Monetario y el Gobierno acordaron, por un lado, mantener el techo de déficit. En términos fiscales, el FMI espera que durante el segundo semestre, incluso en contexto de campaña electoral, el gasto público caiga 11% en términos reales hasta fin de año para que sea posible el cumplimiento de la meta anual de 1,9% del PBI como techo del déficit primario. Para eso, el organismo reclama “esfuerzos significativos para movilizar temporalmente los ingresos en divisas de las importaciones y contener el gasto público”.

En los primeros siete meses el Estado acumuló un déficit de 1,27% del PBI mientras el tope para los 12 meses es de 1,9% del producto

El margen que consiga el Gobierno para el gasto determinará los próximos meses del sendero fiscal, que ya de por sí será desafiante: en los primeros siete meses el Estado acumuló un déficit de 1,27% del PBI mientras el tope para los 12 meses es de 1,9% del Producto. En los próximos cinco meses el déficit primario solo podrá agregar 0,63% del PBI para no excederse de la meta comprometida, algo que asoma difícil para el mercado considerando que el segundo semestre suele ser, por cuestiones estacionales, el más expansivo.

La meta fiscal que quedó determinada para lo que resta del año aparece como exigente para el Gobierno. Según el staff report, en términos nominales hacia fines de diciembre ese tope nominal debería ser de 3,2 billones de pesos. Hasta julio, con los últimos datos oficiales, el rojo primario había alcanzado los 2,2 billones de pesos, por lo que el “esfuerzo” fiscal debería ser mayor, ya que por cuestiones estacionales el gasto público suele acelerar durante la segunda parte de cada año.

El FMI propuso hacer una diferenciación entre el desequilibrio de la administración central y el resultado fiscal de los organismos descentralizados, que generalmente tienen superávit