Mayoristas argentinos rechazan aumentos de precios tras liberación del cepo: «No hay fundamentos para remarcar»

La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) emitió un fuerte comunicado expresando su rechazo categórico a los incrementos de precios anunciados por empresas proveedoras tras la liberación del cepo cambiario, considerándolos completamente injustificados en el contexto económico actual.

«Ante la reciente liberación del cepo cambiario, desde el sector mayorista expresamos nuestro rechazo a las listas de precios que están llegando con aumentos injustificados», señaló la entidad a través de un comunicado oficial, estableciendo una postura clara frente a lo que consideran una especulación innecesaria.

La cámara enfatizó que la eliminación de las restricciones cambiarias no constituye una devaluación, sino una medida positiva para la apertura del mercado. «Ya de por sí las empresas operaban con el dólar MEP o Contado con Liqui, que incluso registraron una baja tras la apertura del dólar oficial, lo que refuerza la idea de que no hay fundamentos para remarcar precios», explicó CADAM, subrayando que las compañías ya venían operando con tipos de cambio financieros.

Llamado a la responsabilidad empresarial

El comunicado hace «un llamado a la responsabilidad de todos los proveedores del mercado para evitar distorsiones y especulaciones que sólo generan incertidumbre y afectan el normal funcionamiento del comercio», instando a mantener la estabilidad en un momento clave para la economía argentina.

Para CADAM, el verdadero problema de la economía no está relacionado con el tipo de cambio, sino con «los impuestos (especialmente los distorsivos como son los IIBB y tasas municipales) y los costos ocultos que se trasladan a precios», apuntando directamente contra la presión tributaria como principal factor inflacionario.

Costos invisibles que impactan al consumidor

La entidad ilustró la situación con ejemplos cotidianos: «Cuando un consumidor compra, por ejemplo, una botella de vino y carne en un almacén o supermercado de cercanía, el precio final incluye una serie de aportes y contribuciones obligatorias y ‘solidarias’, que se han venido recaudando desde hace más de 20 o 30 años».

Según CADAM, estos costos adicionales se acumulan a lo largo de toda la cadena comercial, encareciendo significativamente los productos que llegan al consumidor final, sin que este sea consciente de todos los componentes que conforman el precio que paga.

Este pronunciamiento del sector mayorista evidencia la compleja situación que atraviesa el comercio en Argentina, donde diferentes actores de la cadena de valor buscan proteger sus márgenes en un escenario de cambios económicos profundos.