MÁS ODIO, MÁS MUERTES. Dos nuevos femicidios horrorizan al país

Esta semana otras dos mujeres murieron víctimas de violencia de género en Argentina.
El domingo anterior hicimos referencia a ocho femicidios perpetrados en el país. Mujeres, cuyas edades oscilaban entre 14 y 75 años, asesinadas por disparos, asfixia, golpes o mediante el uso de armas impropias, como la utilizada por el nieto que mató a su abuela con un adorno de madera.

Por Clelia Vallejos

Por desgracia, otra mujer murió en un contexto de violencia de género el martes 25 del mes en curso, en el barrio Malvinas Argentina de la ciudad de José C. Paz, en el partido homónimo. Se trata de Vilma Acosta, de 46 años. Mamá de tres hijos, menores de edad y una hija de otra pareja. que fue quien realizó la denuncia de búsqueda de persona al enterarse que faltaba desde el martes de la casa que compartía con su esposo Fabián Norberto Real. Uno de los niños le comentó a su hermana que en el patio de atrás había tierra removida y vecinos corroboraron que Fabián había sido visto buscando tierra por el barrio. Con este dato la Policía allanó la vivienda y realizó el macabro hallazgo, ante lo cual el hombre fue detenido. Vecinos manifestaron que la relación era violenta, coincidiendo con lo manifestado por la hija de la víctima a las autoridades.
En Misiones, en tanto, encontraron el cuerpo de Priscila Cecilia Díaz de 20 años, quien era buscada intensamente desde el miércoles 26, cuando sus familiares denunciaron su desaparición, en la localidad Jardín de América. El cuerpo fue hallado el jueves, enterrado cerca del barrio Los Cedros. Por el hecho fueron detenidos un joven de 21 años y un menor de 16.

¿Qué es el femicidio o feminicidio?

El femicidio es la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o cualquier otra relación interpersonal, en la comunidad por parte de cualquier persona.  En cuanto a la tipificación de delitos que concluyeran con la muerte de una mujer, expresa la ley que “cualquier hombre que mate o participe en la muerte de una mujer por el hecho de ser mujer, será penalmente responsable del delito de femicidio o feminicidio”.
La denominación del delito, está vinculado a raíces de palabras latina que denominan femina (mujer) cidium (matar).  Así, la muerte violenta de mujeres por razones de género o misoginia está tipificada como feminicidio o femicidio. En nuestro país se utiliza más la última forma, en tanto que la primera es más común en países como México, en el que la violencia de género tiene cifras aún más alarmantes.

Los datos de los últimos años

Las estadísticas de este año, al mes de septiembre, dan cuenta de que durante lo que va de 2024, se ha producido un femicidio cada 27 horas. El incremento del número de mujeres asesinadas por razones de género es alarmante, superando incluso las cifras del año 2023, considerado el de mayor cantidad de femicidios desde el año 2000.
En 2020 fueron 254 las mujeres muertas en episodios de femicidios; en 2021 bajó levemente el número, a 241; en 2022 hubo otra leve baja, llegándose a 231 muertes, mientras que en 2023, se llegó a la espeluznante suma de 263 mujeres asesinadas en circunstancias que involucraron a la violencia machista.

El año con mayor número

Los siguientes datos fueron extraídos de las estadísticas del Registro Nacional de femicidios o feminicidios de la Justicia Argentina (Rnfja), Oficina de la Mujer, Corte Suprema de Justicia, correspondiente al año pasado y que eleva el número de víctimas a 283 muertas.
Estos datos refieren a muertes violentas de mujeres, incluyendo a las denominadas trans y travestis, perpetrados desde enero de 2023 a diciembre del mismo año.

Vínculos entre víctima y victimario

En 103 de los 263 casos registrados en 2023, el asesino y la víctima eran pareja; de estos, 21 eran cónyuges y otros 82 conformaban otro tipo de parejas. De estos 103, dijimos que 21 eran matrimonios; de los 82 restantes, 49 eran exparejas y 7 tenían otro tipo de relación sexo-afectiva con la víctima.
Entre los 20 que eran familiares directos de las víctimas, 5 de los autores de las muertes, eran padres; otros 5 resultaron ser sus padrastros. En un caso se trató de un hermano; 9 eran hijos de las respectivas víctimas, otros 2 eran suegros; 2 expadrastros; 2 eran nietos de las mujeres asesinadas; uno fue el yerno; 3 fueron cuñados; uno, un ex cuñado y en el último caso, un hijastro.

Armas utilizadas

Las estadísticas muestran que las armas utilizadas por los asesinos entre 2019 y 2023, fueron principalmente armas de fuego, mayormente cortas, aunque también se usaron armas largas de distintos calibres (primando las de grueso calibre).
También se registran armas blancas, fuego, objetos contundentes usados como armas impropias (como el adorno de madera con forma de búho que usó el nieto para matar a su abuela española), asfixias manuales y mecánicas, y demás métodos.

Denuncias previas

Un femicidio no suele producirse sin circunstancias indicativas previas, salvo raras excepciones. En estos casos, un porcentaje de quienes luego resultaron víctimas fatales, recurrieron a las autoridades para denunciar hechos de violencia de los que eran víctimas. Pero de ese porcentaje, otro número importante de mujeres suelen retirar las denuncias, con lo que terminan más expuestas aún. Cuando esto ocurre, incluso hasta se pierde credibilidad, cuando acuden otra vez a denunciar a su agresor.

¿Sin solución?

Como en todo conflicto en el que las emociones humanas tienen el protagonismo, el femicidio semeja a una planta venenosa muy difícil de desarraigar, pero alguna solución debe haber, tiene que haber. No hay opciones, de lo contrario seguiremos contando mujeres muertas, como cuando contábamos con fosforitos apagados en la infancia.

Una canción que lo dice todo

Canción sin miedo (fragmento)

Que tiemble el estado, los cielos, las calles.
Que tiemblen los jueces y los judiciales.
Hoy a las mujeres nos quintan la calma.
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas.
A cada minuto de cada semana
nos roban amigas, nos matan hermanas.
Destrozan sus cuerpos, las desaparecen.
No olvide sus nombres, por favor, señor presidente.
Por todas las compas marchando en Reforma,
Por todas las morras, peleando en Sonora,
Por las comandantas luchando por Chiapas,
Por todas las madres buscando en Tijuana
Cantamos sin miedo, pedimos justicia
Gritamos por cada desaparecida.
Que retumbe fuerte:  ¡Nos queremos vivas!
Que caiga con fuerza el feminicida.
Yo todo lo rompo, yo todo lo incendio
si un día algún fulano te apaga los ojos.
Ya nada me calla, ya nada me sobra
Si tocan a una respondemos todas
Soy Claudia, Soy Esther y soy Teresa,
Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria.
Soy la niña que subiste por la fuerza,
Soy la madre que ahora llora por sus muertas
Y soy esta que te hará pagar las cuentas.  

Autora: Vivir Quintana.