Macarrón consolida su estrategia

El viudo está imputado.

La defensa de Marcelo Macarrón evidenció, en la segunda semana del juicio por el crimen de su esposa Nora Dalmasso que lo tiene como instigador, que el eje de la estrategia es instalar en el debate al empresario Miguel Rohrer como sospechoso del asesinato y, para direccionarlo hacia esa hipótesis, busca acreditar un supuesto vínculo amoroso entre ambos.
Los testimonios de familiares y amigos más cercanos buscaron marcar un cerco de protección para el viudo, para lo cual expusieron al máximo la intimidad de la víctima, lo que fue tan criticado durante los 15 años que lleva el caso.
Transcurridas dos semanas del juicio no hubo aportes sustanciales que conduzcan, al menos de manera incipiente, al autor o autores del homicidio, debido a que los supuestos casos de infidelidades ocuparon el centro de la pesquisa en las seis audiencias que se realizaron hasta el momento, con el foco puesto sobre Rohrer y también sobre el abogado Daniel Lacasse, el representante legal de Macarrón en la primera etapa de la investigación.
Por el feriado nacional del jueves solo hubo audiencias el martes y miércoles, jornadas que tuvieron como testimonios relevantes a Juan Dalmasso, hermano de Nora, y a Margarita Riega de Dalmaso, una de sus amigas y pariente lejana.
Facundo y Valentina, hijos de Macarrón y Nora, cuando comenzó el juicio el 14 de marzo, habían anticipado ante la prensa que en su testimonio iban a aportar pruebas contra Rohrer, al que calificaron como “un empresario amigo de la familia” y “sospechoso del crimen”, y que ya habían aportado pruebas durante la instrucción de la causa que “nunca se investigó”.
«Con esas pruebas, Rohrer es quien tendría que estar hoy en el banquillo de los acusados», había enfatizado Facundo.