La segunda luna de la Fiesta del Pescado y el Vino Entrerriano tuvo una concurrencia algo menor que la noche inaugural, pero no faltó ritmo ni baile. Los Pericos y Turf brillaron con luz propia en una noche a puro rock nacional, haciendo bailar a todo el Paseo del Puerto.
Gualeguaychú volvió a vivir otra jornada sensacional en la Fiesta del Pescado y el Vino Entrerriano, esta vez con una temática mucho más rockera que la de la apertura.
La vara había quedado alta luego de la soberbia presentación de Pimpinela el miércoles, pero los fanáticos del rock nacional le dieron un marco especial y terminaron cantando y bailando al ritmo de los clásicos de dos bandas diferentes en su esencia, pero con una tremenda capacidad para manejar el show.
El movimiento comenzó temprano, de nuevo los sectores gastronómicos tuvieron un movimiento importantísimo, mientras que en el escenario los artistas locales empezaron a mostrar su enorme calidad, ratificando que están perfectamente a la altura del nivel artístico que viene mostrando el evento.
El espectro de artistas de la ciudad fue amplio: desde la juventud de Brisa Rodríguez a la calidez de Claudia Figueroa, con un repertorio que enganchó al público desde el vamos, pasando por Sabor a Cumbia y su fiesta, Calaveras del Keith con un rock clásico y bien ejecutado y un muy buen tributo a Bob Marley.
Por su parte, el acordeonista Juan Manuel Bilat tuvo una presentación impecable, recorriendo ritmos litoraleños como chamamés y chamarritas, haciendo explotar a la gente con sus sapucais para premiar el trabajo del entrerriano.