De un inicio de año con intensas lluvias a focos constantes en las zonas productivas de la región.
Por Nicolás Sotomayor
La sequía no da tregua, los incendios resultaron una constante durante esta semana en la región y el ruido de las sirenas de los bomberos alteró por momentos la calma en tiempos de receso. Distintas dotaciones del departamento Uruguay fueron requeridas durante varias horas para intervenir en sucesivos focos ígneos en las zonas productivas, algunos de manera directa en los campos y otros iniciados en los pastizales de las banquinas.
En la comuna Rocamora, este sábado los Bomberos del Destacamento de esa localidad trabajaron más de dos horas hasta que lograron extinguir un incendio que se inició a un costado de un camino vecinal y alcanzó a todo un monte. El Jefe del Cuerpo Activo de Bomberos, Darío Tovani, insistió en solicitar a los vecinos no encender fuego: “Si por algún motivo lo hacen deben tener la precaución de apagarlo y enfriar convenientemente para evitar que vuelva a encenderse”.
El viernes un foco de incendio asomó inofensivo y limitado sobre una banquina de la Ruta N°39, entre las localidades de Villa Mantero y Herrera. Sin embargo, la escasa humedad, la altísima temperatura y el viento de direcciones cambiantes complicó el panorama. Bomberos del Cuartel Basavilbaso y del Destacamento Herrera trabajaron arduamente hasta extinguir un fuego que se extendió a un campo con rastrojo de trigo. Poco después, a unos 400 metros se produjo otro incendio que demandó la presencia de los voluntarios y logró apagarse sobre el atardecer.
Un día antes, en la Colonia Lucienville, los bomberos de Rocamora, San Marcial y Basavilbaso lucharon durante siete horas para extinguir un enorme incendio forestal. Comenzó a las 8 de la mañana y concluyó a las 15. El fuego habría tenido su origen en una zona de monte próxima a un arroyo y la acción del viento facilitó que se extendiera a campos con rastrojo de trigo sembrado con soja. Se quemaron más de 120 hectáreas.
El siniestro pudo haber estado relacionado con el sucedido un día antes, el miércoles en horas de la tarde. A unos 8 kilómetros al sureste de Basavilbaso, las columnas de humo se podían ver desde casi todos los puntos de la ciudad. El fuego se inició a la vera de un arroyo y no tardó en propagarse, tomando un campo con rastrojo de trigo sembrado con soja. Se consumieron más de 50 hectáreas. Dos dotaciones de Bomberos impidieron que el fuego tomara rollos de pastura que estaban acopiados cerca de un cultivo de maíz. Lograron extinguir el fuego tras casi tres horas, con ayuda de máquinas y herramientas de los productores de la zona.
“Hay un déficit de lluvias y altas temperaturas, que se suma al descuido y hasta falta de responsabilidad de algunos ciudadanos que provocan fuegos”, dijo la semana pasada Lautaro López, director de Defensa Civil de la Provincia de Entre Ríos, en el contexto de un fin de año con incendios en Concordia y Concepción del Uruguay.
Según los datos oficiales, el año pasado entre el 1 de enero y el 2 de diciembre, alrededor de 20 mil hectáreas fueron arrasadas por el fuego en la provincia de Entre Ríos. Un dato no menor es que no contabilizaron ese final de diciembre donde se detectaron focos ígneos, por ejemplo, en el Parque Nacional El Palmar (Colón); en Calabacilla (Concordia); en la isla del Puerto (Concepción del Uruguay); entre otros lugares.
Cabe remarcar también que la sequía puede convertir una quema supuestamente controlada en potencialmente peligrosa, porque combinado con las altas temperaturas se acelera el proceso de combustión, y si hay presencia de viento puede resultar todavía más peligroso. En el inicio de 2022 se monitorean distintos incendios en una semana que había comenzado con intensas lluvias en algunas zonas del departamento Uruguay y en gran parte de la provincia. En varios pueblos, sobre todo en zonas rurales, hubo una breve pero muy intensa tormenta de lluvia y viento de casi 70 kilómetros por hora que provocó caídas de árboles. Síntomas del cambio climático.
