En la Eucaristía se rememoró el triunfo de Cristo sobre la muerte.
El cristianismo celebró ayer la Resurrección de Jesús y su triunfo sobre la muerte. La celebración dio cierre al Triduo Pascual, también conocido como los tres días santos, en los que se recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
En este marco, los fieles se acercaron hasta las capillas y las parroquias para participar de la Eucaristía del Domingo de Pascua.
La trascendente fecha recmemora la Resurrección de Cristo, que se produce al tercer día de haber sido asesinado en la Cruz en la tarde del Viernes Santo.
Fue después de la Última Cena del Jueves Santo, cuando es apresado y un grupo de sacerdotes y pobladores de Jerusalén gritan, ante el gobernador Poncio Pilato, que crucifiquen a Cristo y no al delincuente Barrabás.
La Resurrección de Jesús, anunciada en las escrituras y los dichos del propio profeta de Nazaret en los tres años que evangeliza fuertemente en su tierra antes de su calvario, constituye el fundamento central de todo el cristianismo y en especial, de la Iglesia Católica.
Si Jesús, el hijo de la Virgen María y de José nacido en Belén, puede resucitar de entre los muertos, eso significa que triunfó con su palabra y sus enseñanzas.
Y que, tal como él lo ha dicho, “los hombres y mujeres de este mundo resucitarán en el último día en cuerpo y espíritu, para estar al lado de Dios”.