Los 95 años de Mel Brooks, un ícono del humor

Del Súper Agente 86 a los gags más incómodos. Solo la pandemia pudo encerrarlo en su casa para que no siguiera con sus shows en vivo provocando carcajadas. Ganó todos los premios. Y se burló de todos y de todo.

Hace más de 75 años que está en el mundo del espectáculo haciendo reír. Ese es su trabajo y lo hace bien. De todas las formas posibles. Ha conquistado cada uno de los terrenos conocidos. El cine, la televisión, el teatro musical, los shows unipersonales, los discos. Mel Brooks, un ícono del humor, cumplió 95 años. “Durante años en el mundo de la comedia había una sola certeza: nadie era tan gracioso como Mel Brooks”, escribió Judd Apatow en el libro Sick in the head. Sus colegas, los contemporáneos y los de varias generaciones posteriores lo reconocen como el gran cerebro cómico de los últimos 75 años. “A nadie se le ocurren tantas situaciones cómicas por minuto como a él, es inhumano”, dicen. Mel Brooks es un egot. Uno de los 15 que dio el mundo del espectáculo. Uno de los que ganó, al menos en una oportunidad, los cuatro grandes premios de la industria: Emmy, Grammy, Oscar y Tony. Melvin James Kaminsky, su nombre verdadero, desde joven, quedó deslumbrado con los artistas. Su vida cambió para siempre el día que una tía lo llevó a ver una función de Anything goes de Cole Porter. Con 9 años supo que eso era lo que él quería hacer. “Ese día me enamoré de Broadway”,dijo. Descubrió que tenía ese súper poder y lo iba a usar. Empezó a actuar en lugares de veraneo. Hacía un poco de todo: cantaba, actuaba, daba monólogos. Por la época había otro Kaminsky más exitoso que él, un trompetista de jazz. Por eso se cambió su apellido por el de soltera de su madre, Brooks. Se alistó para la Segunda Guerra Mundial y fue enviado a Europa. A su regreso a Estados Unidos, trabajó de lo que pudo, pero siempre buscando un lugar en el mundo del espectáculo. Su talento era reconocible a simple vista. La gente se reía cada vez que él abría la boca. Así se empezó a desempeñar como guionista de diversos cómicos. Hasta que le llegó su gran chance: integrar el equipo de guionistas de Your show of shows, el programa que comandaba Sid Ceasar y era muy exitoso a fines de la década del 50. Mientras tanto hacía algunas presentaciones, escribía guiones que no encontraban director y buscaba su gran oportunidad que le llegó a través de un agente secreto y un disco. Junto a Buck Henry, creó El Súper Agente 86.