La Unión Europea pretende imponer un embargo gradual al petróleo ruso y sus derivados como parte de un nuevo paquete de sanciones a Moscú por su invasión a Ucrania, si bien éste no afectará a los países altamente dependientes de estas importaciones, como Hungría y Eslovaquia, señalaron diversos funcionarios europeos.
Según el borrador del proyecto trabajado por la Comisión Europea, el sexto paquete de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania prevé un cese gradual -en un período de seis a ocho meses- de las compras de petróleo ruso, con la excepción de Hungría y Eslovaquia. Ambos naciones, que dependen del crudo ruso por el oleoducto Druzhba de la era soviética y no disponen de alternativas inmediatas, podrían continuar importándolo hasta 2023, en base a lo adelantado por un funcionario europeo citado por la agencia de noticias AFP.
«Todo el proceso de substitución llevará varios años, y por ello insistiré en la exención», adelantó el ministro eslovaco de Economía, Richard Sulik, a la prensa de su país. Una posición manifestada también por Hungría, que advirtió que tal medida «es una carga pesada de soportar».