El femicida Fernando Farré, condenado por el brutal crimen de su ex pareja Claudia Schaefer, fue sorprendido por personal penitenciario y le secuestraron dos teléfonos celulares que tenía en la cárcelque utilizaba para hostigar por redes sociales a testigos, a la hermana de la víctima y hasta a una de sus hijas.
La denuncia fue hecha por la fiscal de la causa, Carolina Carballido Calatayud, y por la querella y el juez Esteban Andrejin, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro ordenó el secuestro de los teléfonos.
El allanamiento se produjo en una celda del sector B del módulo de la Unidad 4 de Bahía Blanca del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Allí Farré cumple su condena a prisión perpetua por el femicidio ocurrido en 2015 en un country de Pilar.
Según el acta de secuestro, Farré tenía en su poder un celular marca Samsung modelo Core Prime SM-G361F. Este estaba debidamente registrado de manera oficial desde el 15 de abril, a partir de la resolución que permitió a los presos tener teléfonos móviles por las suspensión de la visitas ante la pandemia. Pero además tenía, de modo clandestino, un segundo aparato, también marca Samsung modelo J2 Prime SM-G532M.
El protocolo elaborado por las autoridades de las cárceles bonaerenses aclara que la única aplicación que los presos pueden tener descargada es la de WhatsApp. Sin embargo, en el caso de los dispositivos de Farré también estaban instaladas las redes sociales Facebook, Twitter e Instagram.
Por medio de perfiles de Facebook, algunos creados con nombres de personas vinculadas a la causa, el condenado acosó a un testigo que declaró en el juicio y la hermana de la víctima, Sandra Schaeffer.