Sr. Director:
Sigue subiendo el precio de la nafta y el gobierno continúa en silencio acompañando todos estos aumentos.
El precio de la nafta súper, que suele ser la más empleada por los automóviles actuales está cercana a los ochenta pesos y la premiun se acerca a los noventa, lo cual deja en claro que la intención es llevarla a cien pesos.
Es algo que siempre se habló. De que el combustible era barato en nuestro país en relación a muchos de otras latitudes, incluso a los vecinos que nos rodean.
Pero más allá de ese consuelo de tontos, los sueldos aquí jamás se acercan a los costos del combustible que guía el valor de muchos productos ya que es usado como referencia.
La decisión parece clara y los trabajadores deben padecer por estos aumentos porque son los que verdaderamente cuentan cada pesos y se administran a conciencia para poder llegar a fin de mes.
Una pena pero es el país que nos toca vivir, donde hace muchas décadas que no tenemos un rumbo hacia donde se quiere ir y pareciera que hace tanto también se ha transformado en un sálvese quien pueda, donde lo individual quedó por encima de lo colectivo y los propios dirigentes políticos trabajan para sí mismo o los grupos que los acercan a la conducción, dejando de lado lo mejor para una sociedad que ya no resiste tanto manoseo y está cansada de padecer un costo de vida tan alto que solo la lleva a tener que vivir resignándose.
Javier Cremonte