La sentencia (I)

Ariel Vercelli

En abril de 2016, tras 11 años de litigio entre Google y el Gremio de Autores, el caso Google Books (Libros Google) alcanzó una sentencia firme en EE.UU. La Corte de Apelación entendió que la copia de millones de obras intelectuales del dominio privativo −realizadas entre Google y varias bibliotecas− debía interpretarse como fair use (uso justo) y, por tanto, “nada debían compensar” a los autores y titulares de derechos. El proyecto fue concebido por Larry Page, uno de los fundadores de Google y comenzó a incubarse en 2002 bajo el nombre de Imprenta Google (Google Print). Se inició como un ambicioso proyecto sobre la gestión digital tanto de los libros como de las obras intelectuales literarias fijadas en ellos. Fue presentada en la feria del libro de Frankfort en el año 2004. Hacia 2005 fue ampliándose y pasó a ser conocido como Google Books. La iniciativa se construyó a través de dos programas que, en apariencia, mantenían entre sí cierta autonomía: por un lado, el Proyecto Imprenta Google / Programa de Socios y, por el otro, el Proyecto Biblioteca Google. A través del Programa de Socios la corporación ofreció servicios sobre alojamiento de obras en formato digital y su visualización como e-books (libros electrónicos). El Programa de Socios buscaba ayudar a autores y editoriales a vender más libros físicos. Buscaba que los usuarios pudieran utilizar estas tecnologías para saber más sobre los libros. Así, dentro de este programa, Google pasaba a ser un socio digital: es decir, una plataforma para hacer negocios junto a autores, titulares de derechos y editoriales. En 2012 el programa de socios legó a gestionar cerca de 2,5 millones de libros y sumó el consentimiento de unos 45.000 titulares de derechos de autor, que recibirían un porcentaje de los ingresos por publicidad. Este Programa nunca fue “legalmente problemático”. El proyecto de Biblioteca Google, en cambio, se orientó al escaneo y digitalización de millones de libros (también revistas y diarios) depositados en las bibliotecas. Para ello firmó acuerdos confidenciales con bibliotecas públicas, privadas y universitarias. La corporación desarrolló tecnologías para escanear libros y recuperar digitalmente las obras intelectuales. Inicialmente Google Books planeó gestionar cerca de 18 millones de obras.