Entrevista a Ramón Albornoz y Etelvina Piccini, jefe y subjefa de la Departamental Uruguay.
Los máximos responsables de la fuerza de seguridad provincial en Concepción del Uruguay, recibieron a La Calle y dialogaron sobre diferentes temas.

El cambio de gobierno a nivel provincial, con la llegada de Rogelio Frigerio como gobernador, produjo una inevitable rotación de autoridades que desde ahora comandan la Policía de Entre Ríos. En este contexto; la Jefatura Departamental Uruguay no fue la excepción y desde hace casi un mes asumieron Ramón Alejandro Albornoz y Etelvina Raquel Piccini, como jefe y subjeta respectivamente.
Debido a esto y como suele ocurrir cada vez que existe un recambio de autoridades, la redacción de La Calle visitó las instalaciones de la Jefatura Departamental, ubicada frente a Plaza Francisco Ramírez, con la intención de mantener un diálogo extenso y profundo con las dos personas que deberán estar al frente de la institución de ahora en adelante.
Fue así que, tras realizar el correspondiente pedido de entrevista, La Calle pudo acceder a una entrevista exclusiva con las dos personas encargadas de comandar el trabajo realizado por la Policía de Entre Ríos en todo el departamento Uruguay.
Teniendo en cuenta el funcionamiento verticalista de la institución; Albornoz comenzó respondiendo las consultas de este matutino, pero siempre utilizando un vocabulario inclusivo para su compañera, a quien evidentemente respeta y tiene como principal aliada a la hora de comandar los destinos de esta departamental.
-¿Cómo fueron estos primeros días al frente de la Jefatura Departamental Uruguay?
– Acorde a las directivas que nos repartieron las autoridades, comenzamos con el trabajo al frente de esta Jefatura Departamental; en primera instancia implementando los operativos “Barrio Seguro”, los cuales son maniobras de saturación.
Elegimos determinadas zonas o barrios de la ciudad, hacemos controles de personas y vehículos. El primero de estos operativos fue en el barrio La Concepción, donde se obtuvieron buenos resultados: retuvimos siete motos con distintas infracciones, una con pedido de secuestro; y se identificaron a 23 personas.
-¿Qué tiene que saber la población sobre estos operativos espontáneos en diferentes zonas?
– Es importante circular con toda la documentación completa del vehículo que se conduzca. Con estos operativos buscamos cuidar a la gente, ya que se han producido muchos accidentes: los motociclistas tienen que tener los cascos colocados y seguro al día por si ocurre un incidente vial.
También habrá policías a pie identificando personas con documento, por lo tanto aquellos que no estén habituados a llevarlo encima deberán acostumbrarse a hacerlo.
Tendrán que familiarizarse con los DNI y tenerlos en la mano, para presentarlo en caso de que sean solicitados durante uno de estos operativos que son sorpresa. Se irá cambiando de barrios y horarios, así que la gente tiene que andar documentada: es para el bien de todos. Vamos a estar cerca de los barrios, para protección de la gente.
-En el marco de estos operativos ¿los agentes van a estar uniformados o también pueden intervenir de civil?
-En la mayoría de los casos, van a estar uniformados.
-¿Participa el personal de tránsito municipal en estos operativos?
-Sí, muchas veces solicitamos la presencia de ellos, para que nos guíen durante los cortes de tránsito y no afectar la circulación vehicular.
-¿Cómo se prepara la fuerza provincial para recibir al turismo?
-Se va a reforzar la seguridad en la Isla del Puerto, con personal que va a andar uniformado con ropa de verano: remera blanca y bermuda azul.
Lo mismo va a pasar en Banco Pelay, donde estamos en camino de habilitar el puesto que tenemos ahí. Lo estamos limpiando, ya que debido a las inundaciones tuvimos que sacar todos los elementos que había almacenado en el lugar. La idea es terminar de acondicionar bien el destacamento, para que vuelvan al lugar los agentes designados.
En principio, la idea es que exista presencia policial en los horarios picos: de 9 a 20 horas. Una vez que tengamos el destacamento en condiciones, entre lunes y martes de la semana que viene, habrá personal fijo.
-Esta semana, durante la presentación oficial de las nuevas autoridades, estuvo presente el nuevo Ministro de Seguridad y Justicia de Entre Ríos, Néstor Roncaglia ¿Cuáles fueron los lineamientos generales que les pidió?
-Quieren ver a los policías en la calle: mucho trabajo y que el personal esté en la vía pública. Lo mismo nos pidió a las autoridades de esta Departamental, que hagamos poco escritorio y salgamos más a la calle; principalmente para acompañar a nuestros agentes.
Vamos a contar con todo el apoyo del ministro Roncaglia, ya que tiene la experiencia de haber estado al frente de una fuerza tan importante como la Policía Federal (fue jefe de la misma, desde 2016 hasta 2019).
El ministro es una persona que sabe de seguridad y conoce los problemas que debemos afrontar los policías al momento de realizar operativos. Tenemos su apoyo para trabajar y la tarea que vamos a brindar.
-¿Cuáles son los delitos más comunes que debe afrontar la policía en Concepción del Uruguay?
-Se incrementó el robo de motos. Es un problema que tenemos en los últimos tiempos y que estamos tratando de solucionar. No lo vamos a arreglar en un cien por ciento, pero estamos tratando de hacer bajar el promedio de estos hechos.
Este flagelo lo vamos a ir solucionando con el operativo “Barrio Seguro” y más patrullaje por la zona de clubes, gimnasios y otros lugares donde hay mucha concentración de motos.
-¿Existen lugares determinados de la ciudad, donde los ladrones suelen descartar las motos robadas?
-Los delincuentes van cambiando estos lugares. Al encontrar motos en una zona, los delincuentes dejan de usar esas zonas para ese fin determinado y cambian. Estamos siempre rastrillando zonas donde puede haber motos robadas, al igual que realizamos recorridas por barrios periféricos.
-¿Cómo van a encarar el flagelo del narcomenudeo en la ciudad?
-Se trabaja continuamente en este sentido, ya que permanentemente estamos monitoreando diferentes zonas junto a los agentes de la División de Tóxicos. Se recaban datos y filmaciones, para aportar a la justicia y así requerir medidas para hacer los procedimientos.
-De un tiempo a esta parte se creó el REPROCANN, un registro oficial para cultivadores de marihuana con fines terapéuticos ¿Tuvieron casos de personas que comercialicen esta sustancia y que a su vez estén registrados como cultivadores?
– No hemos tenido casos de esos en la ciudad. Tampoco nos llegó información de que exista alguna persona investigada al respecto.
-Por otro, pero en el mismo sentido ¿Hay registros de un incremento del narcotráfico en la zona?
-El narcomenudeo, que es la venta directa al consumidor, lleva menos tiempo de investigación y son procedimientos que se hacen al vendedor en sí. Después, lleva una investigación bastante más extensa para llegar a los proveedores de estas personas que le venden al adicto.
Hay diferentes expedientes abiertos con respecto al narcotráfico, con personas detenidas y que todavía están en etapa de investigación. Siempre hay actividad en este sentido.
-La semana pasada la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, monitoreó de manera aérea esta zona del río Uruguay ¿Es complicada la situación del contrabando en esta zona de frontera?
-Siempre trabajamos en conjunto con Prefectura Nacional y Gendarmería. Por el momento, nosotros no tenemos información de grandes movimientos en la zona; pese a que cada tanto se intercepta a personas cruzando con determinada mercadería, como los cigarrillos. Igualmente nosotros brindamos apoyo, pero ese es un tema que lo trabajan Prefectura y gendarmería.
Abordaje de la Violencia de Género y Abusos Sexuales
Etelvina Piccini trabajo en diversas dependencias policiales de la ciudad, pero el haber cumplido funciones durante un tiempo en la Comisaría de Minoridad y Violencia Familiar, la convierte en una voz autorizada en el ámbito de la seguridad local, para relatar pormenores del trabajo que se hace en materia de Violencia de Género y Abusos Sexuales.
-¿Cómo se viene abordando el flagelo de la violencia de género en la ciudad?
-No sé si es bueno o malo, pero se han incrementado las denuncias por violencia de género. Lo que antes se callaba, hoy se puede visibilizar. Se trabaja de manera conjunta con fiscalía y los dos Juzgados de Familia que existen en la ciudad.
El incremento de estas denuncias nos da la pauta de que la gente se acerca a la policía y en particular a la Comisaría de Minoridad y Violencia Familiar. Esto quiere decir que confían en nosotros y el abordaje que realizamos al respecto.
Dentro de lo malo, que es la cantidad de casos que ocurren, lo bueno es que la gente confía en nosotros con una cuestión muy sensible e íntima. Siempre digo que la gente que va a una comisaría a contarle una cosa así a un desconocido, es porque realmente tocó fondo.
-¿Cómo abordan esta problemática cuando les toca intervenir?
-Es circunstancial, pero en este momento la Comisaría de Minoridad y Violencia Familiar cuenta con dos jefas mujeres; pero los varones ´también están preparados de la misma manera. Además cuentan con un cuerpo de oficiales, que también son todas mujeres; pero después tenes personal subalterno que son de ambos sexos.
Los varones que trabajan en esta comisaría suelen ser choferes, pero también prestan apoyo ya que la comisaría también aloja preventivamente a menores que cometen delitos. Indudablemente, cada tanto necesitamos la presencia de agentes masculinos.
En esta comisaría se toman las denuncias por Violencia de Género e inmediatamente se comunican al Juzgado de Familia. Quiero aclarar que también se reciben denuncias de abuso, pero eso se trata con más intimidad y obviamente son casos que no trascienden.
En el caso de Violencia de Género, posteriormente hay detenciones de personas y se hace más público. En lo que respecta a las denuncias de abuso, son más solapadas. Se trata de una cuestión tendiente a custodiar el pudor de la persona que denuncia.
Todo este trabajo se fue puliendo con el tiempo, ya que todo evolucionó y nosotros también. Las formas en que se tomaban las denuncias cuando me recibí de la academia, son diferentes a las que se aplican hoy. Fuimos abocados a distintas capacitaciones, tanto mujeres como varones.
En cuanto a la cuestión humana, nosotros también nos compungimos con los hechos que nos relatan, no somos de madera. Debido a esto, contamos con una psicóloga, que es pura y exclusivamente para uso del personal policial y que está a disposición de todos nosotros. Por su parte, para la víctima, se articula un trabajo con el Juzgado de Familia, las defensorías y el Hospital Urquiza.
Hay que tener presente que la gente no nos llama porque está bien o festejando algo, se comunican con nosotros debido a que la están pasando mal. Nos chocamos con la parte más triste de la persona, por decirlo de alguna manera. Tenemos que tratar con la víctima, el violento y los familiares de ambos. La mayoría de las víctimas son mujeres y adultos mayores.
La presencia de la psicóloga es muy importante para nosotros. Muchas veces intervenimos en situaciones muy delicadas o un agente por ejemplo tiene que ver videos, en el marco de una investigación, los cuales pueden ser muy fuertes: todos los que trabajamos con las problemáticas de las personas, también necesitamos atender nuestra salud mental.
-¿Cómo asumís esta posibilidad, de ser la primera mujer en tener un cargo de alto rango en la Departamental Uruguay?
-No me asombro de esto, ya que hay mujeres en altos cargos policiales. En la plana mayor de la Policía de Entre Ríos hay cuatro directoras, dos subdirectoras y dos subjefas departamentales; la otra es una compañera en San Salvador. No tengo el dato concreto, pero hay muchas Jefas de División, que era el puesto que yo tenía antes. Se puede decir que los estamos invadiendo (risas de los tres).
Puedo entender que existan miradas puestas en mí acá en la ciudad, pero hay mujeres en todos los ámbitos de poder, la provincia y la nación.
-¿Qué pensas que le podes aportar a esta Departamental, debido a tu experiencia?
-Debido a que nos cruzamos en diferentes comisarías, hay que decir que nos conocemos con casi todos y que hay un capital humano excelente. Además, me gustaría agregar que mi rol es seguir los lineamientos del actual Jefe Departamental, ya que esta es una institución verticalista hacia arriba y hacia abajo: considero que la lealtad va para arriba y también para abajo.
Me gustaría que la gente vea al policía como un amigo y no como una cuestión lejana. En este sentido y con respecto a lo que hablamos sobre el incremento de denuncias por violencia de género o abusos, veo que las personas confían más que antes en los integrantes de la fuerza; los cuales se han ido perfeccionando con el paso del tiempo.
-Durante la etapa electoral de 2023, se habló mucho sobre los derechos que podían llegar a perder las mujeres con un cambio de gobierno ¿Esto fue así en estas primeras semanas?
-En lo personal no, para nada. Tengo que decir que no me pasa ahora y tampoco sucedió a lo largo de mi carrera. Esto no influyó en mi trabajo.
Un trabajo de alto riesgo

Ramón Albornoz está en su último año de servicio, ya que está cerca de cumplir con los 32 años necesarios para solicitar el retiro. Sus inicios fueron como los de cualquier policía, cumpliendo funciones en la calle y asistiendo a ciudadanos que afrontaban determinados problemas de seguridad.
En este contexto y durante sus primeros pasos dentro de la policía, Ramón padeció un hecho traumático que lejos de marginarlo de la actividad, le dio fuerzas y ganas de continuar dentro de la misma y estar en la recta final con un puesto al que todos los uniformados quieren acceder.
-En 1999 tuviste una experiencia como agente policial, que lejos de alejarte de la actividad pareciera que te hizo más fuerte.
-Mi primer destino como policía fue en Concepción del Uruguay, el primer año me tocó en Comisaría Primera y luego en la Segunda. En esa época tuve mi primera experiencia importante, que fue durante un robo que se estaba produciendo en un domicilio ubicado cerca del monumento Urquiza.
El 19 de noviembre de 1999 llegamos al lugar con mi compañero de ese entonces, de apellido Gómez. Un vecino de la casa donde estaban robando, nos facilitó el ingreso a su vivienda para poder ver qué estaba pasando en el inmueble de al lado; ya que esta persona nos había llamado por ruidos extraños.
En ese momento salté una medianera que había entre ambos domicilios, bordeo una pileta y en ese momento sentí un disparo desde atrás que me impactó en la pierna. Esto produjo que me intente esconder atrás de un árbol y ahí empezaron los gritos de los delincuentes, que estaban adentro de la casa y querían que me vaya.
En ese intercambio con los delincuentes; les dije que no me podía mover por la pierna herida, ellos intentaron salir al patio efectuando disparos y entonces me tuve que defender a los tiros. Ahí fue que le di un disparo a uno de los ladrones, que finalmente cayó al suelo y otro pudo saltar el tapial para irse.
En ese momento, un tercer ladrón que no había visto en la oscuridad me tomó de rehén, me puso una pistola en la cabeza y empezaron a llegar más móviles policiales; ya que mi compañero que había quedado del otro lado del tapial alcanzó a pedir apoyo. Fueron minutos interminables.
El delincuente me tiró al suelo para cubrirse con mi cuerpo, mientras constantemente me amenazaba con matarme por haber herido a su compañero. El ladrón al que pude herir, estaba en el suelo y le gritaba constantemente que me matara para ayudarlo y así huir juntos.
En ese momento, un compañero mío pudo ver lo que estaba ocurriendo en ese patio, pasó su mano con la pistola del otro lado del tapial y terminó matando al ladrón que me tenía de rehén. Después de eso me llevaron a la clínica para ser atendido.
-¿Cuánto tiempo estuviste para recuperarte?
-Estuve internado cuatro días, ya que la agresión que recibí fue con una escopeta calibre 14 cargada con plomo de bremen.
-¿Tuviste alguna secuela?
-No, pero me quedaron las cicatrices de ingreso y salida de la bala; ya que me atravesó la pierna de lado a lado. La munición no llegó a tocarme el hueso, lo cual podría haber sido una complicación para seguir adelante con mi carrera policial.
-¿Tenés imágenes de ese hecho que se te vengan a la memoria cada tanto?
-Recuerdo que cuando salté el tapial y entré al patio, estaba alumbrando con la linterna y de golpe veo saltar un chorro de sangre. Al tener la linterna encendida, veo saltar el líquido y no me había dado cuenta que me habían tirado desde atrás. En el momento sentí un dolor similar a lo que se conoce vulgarmente como una paralítica.
El hecho ocurrió el 19 de noviembre de 1999 y me reincorporé a la policía el 5 de enero de 2000. A la semana de estar trabajando, sonó la alarma de la misma casa donde me habían baleado.
-¿Y qué hiciste? ¿Volviste a ir?
-Sí, claro. Pero en esta oportunidad nos recibió la dueña de la casa, pasamos a ver qué ocurría y recuerdo haber puesto atención en que habían modificado el patio: sacaron la pileta, removieron los canteros e hicieron otras reformas.
-¿Pero había alguien?
-No, en esa oportunidad no había nadie, por eso me distraje con las reformas del patio, el cual recordaba perfectamente (risas).
¿Cómo les gustaría que se recuerde su paso por la Departamental Uruguay?
-(Albornoz) Voy a hacer todo el esfuerzo posible para que todo vaya bien, ya que es mi último año en la fuerza. El esfuerzo va a ser para tratar de salir por la puerta grande.
-(Piccini) A mí me quedan tres años más de servicio, el primero de ellos lo voy a acompañar a él en todo lo que haga falta y luego el resto del tiempo quedará a disposición del “señor de arriba”; al que me invoco constantemente.
Trataremos de mejorar lo que se hizo bien y seguramente las gestiones que vengan harán lo propio para superar a los que estamos ahora.